La neurociencia explica el trasfondo de la adicción a Tinder

Mano sosteniendo celular con aplicaciones

Han florecido como un campo de margaritas en abril, y no es para menos. En una época totalmente digitalizada, las citas son cosa de apps: Tinder, Grindr, Meetic, Badoo, Match… Ahora sabemos qué hay detrás de todas estas.

Muchas gente está obsesionada con encontrar pareja. Parece que si no está con alguien la vida no tiene sentido. Esto lo saben en algunas compañías tan bien que, para remediarlo, han convertido su actividad empresarial en desarrollar apps de citas.


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Ya sea para encontrar pareja, como para disfrutar de un buen rato junto a otra persona, las aplicaciones de citas han conseguido monopolizar el sector romántico. Los bares han quedado atrás, las webs de citas también. Ahora lo que se lleva son las aplicaciones móviles.

Los motivos del éxito de estas herramientas son muchos: comodidad, sencillez, mayor número de pretendientes, la pandemia… Podemos tirarnos todo el día nombrados motivos y no terminaríamos. Pero un experto neurólogo ha explicado el porqué del éxito de aplicaciones como Tinder.

«Cuando una persona empieza a buscar posibles parejas en una aplicación de citas, el cerebro automáticamente empieza a anticipar la emoción y la recompensa de una cita, y libera dopamina«, explica Dr. Michael Merzenich, director científico de Posit Science.

«Una consecuencia interesante de esto es que navegar por una aplicación de citas puede resultar gratificante, sin llegar a tener una cita. Esto podría convertirse en un problema, ya que con el tiempo la gente podría sustituir la experiencia virtual de buscar citas por la experiencia real de tener una cita«, reflexiona.

Tinder, la aplicación más importante dentro del mundo de las citas, ha construido toda su estructura con base a esto: crear estímulos cerebrales que incite a los usuarios a seguir usando la aplicación. A buscar y deslizar todas las potenciales parejas y esperar ser correspondidos. Solo ese gesto libera dopamina.

Como bien sabes, las apps de citas no han dejado de evolucionar en la última década para convertirse en aplicaciones como servicio, siempre renovándose y transformando su modelo de negocio para que los clientes no dejen de visitar la app lo máximo posible.

El amor, en muchas ocasiones, también es un negocio y así lo están explotando todas estas apps de moda que copan la parte altas de los rankings de descargas de la App Store y Play Store.

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