La Neurociencia de la Belleza

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La Neurociencia de la Belleza. Según publica el portal escoeuniversitas.com La Neurociencia ha dado un paso adelante en su exploración de las bases neurofisiológicas de la percepción de la belleza y el valor estético a través de la neuroestética. Este campo de investigación multidisciplinario busca comprender los procesos cognitivos y afectivos que están involucrados en las experiencias estéticas y artísticas.

La neuroestética se sitúa en la intersección de la psicología, la neurociencia y el estudio de la evolución humana. Su objetivo principal es descubrir los fundamentos neurobiológicos y la historia evolutiva de estos procesos, abordando cuestiones como por qué la humanidad experimenta placer estético al contemplar un paisaje, una obra de arte o al escuchar cierta música.


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Sin embargo, aunque la neuroestética ha sido aceptada ampliamente por la comunidad científica y algunos artistas, ha recibido críticas por parte de filósofos, historiadores y críticos de arte, quienes se muestran escépticos sobre el alcance de la ciencia para comprender las experiencias estéticas.

El neurobiólogo Semir Zeki es considerado un pionero en el campo de la neuroestética y ha enfrentado estas críticas. Zeki defiende la necesidad de considerar el cerebro como el órgano a través del cual se experimenta la estética, afirmando que nunca se tendrá una teoría completa de la estética sin tener en cuenta el papel del cerebro.

Los avances en la neuroimagen han sido fundamentales para estudiar la neuroestética. Técnicas como la resonancia magnética funcional (fMRI) y la magnetoencefalografía (MEG) permiten inferir la actividad neuronal en regiones cerebrales específicas mientras los participantes realizan tareas relacionadas con la apreciación estética. Estos estudios han revelado que las experiencias estéticas involucran diversos procesos cerebrales relacionados con la percepción, la memoria, la comprensión, la atención, la emoción y el placer.

Uno de los descubrimientos clave en el campo de la neuroestética ha sido el hallazgo de un área del cerebro llamada corteza orbitofrontal medial, que se activa cuando se percibe la belleza, ya sea visual, musical, matemática o moral. Aunque cada tipo de experiencia estética activa diferentes combinaciones de áreas cerebrales, la corteza orbitofrontal medial siempre está involucrada.

La noción de «lo estético» como algo separado del ámbito artístico ha sido cuestionada por la neurociencia. Se ha demostrado que el cerebro no hace una distinción entre el arte y lo que se considera «no arte». Las zonas y reacciones cerebrales que generan placer estético son las mismas, ya sea al contemplar una famosa obra de arte como la Mona Lisa o al disfrutar de un atardecer en la playa.

En cuanto a la existencia de patrones universales de belleza, se ha encontrado evidencia mixta. Si bien algunas percepciones de belleza pueden tener componentes biológicos y hereditarios, también existe una fuerte influencia cultural en la apreciación estética. Sin embargo, estudios realizados en la Universidad de Nueva York sugieren la existencia de ciertos códigos universales de belleza que trascienden las diferencias culturales y son apreciados por todos.

Aunque hay debates y cuestionamientos sobre el impacto de la neuroestética en el mundo del arte, la mayoría de científicos y expertos coinciden en que esta rama de la ciencia no acabará con el arte. Más bien, la neuroestética ofrece una nueva perspectiva para apreciar y comprender el arte, y se vislumbran aplicaciones interesantes y sorprendentes en diversos campos.

Las experiencias estéticas tienen un poder significativo en nuestras vidas y pueden influir en eventos que cambian nuestra forma de ver el mundo. Por tanto, seguir explorando la ciencia de la belleza es valioso para ampliar nuestro conocimiento y comprensión de las experiencias estéticas y artísticas.

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