Según publica el portal mercadonegro.pe El gusto por el chocolate en todo el mundo podría decirse que logra un consenso. ¿A quién no le gusta el chocolate? Pero fuera de su universalidad, la predilección por su aroma también cuenta con un gran impacto. En el caso de marketing olfativo, este podría ser un recurso muy útil para la generación de emociones y sensaciones.
Al gustar tanto, el aroma a chocolate tiene una asociación directa con lo positivo. Un estudio de la Revista de Psicología Ambiental publicado en la plataforma ScienceDirect lo demuestra. El informe mostraba que muy pocos participantes del estudio hicieron comentarios negativos sobre una tienda que olía a chocolate.
El estudio, además, demuestra que su olor tiene un impacto muy positivo en el humor y que se vincula al placer y a lo emocionante. El aroma a chocolate invita a los consumidores y usuarios a permanecer más tiempo con un producto o lugar. Un terreno en el que ha tenido más poder su efecto, es en el mercado de los libros.
La muestra tomada en Bélgica identificó que una librería con aroma sutil a chocolate. El experimento se propuso descubrir que las notas olfativas llevaban a que se vendiesen más o menos libros. El descubrimiento delató que el chocolate era altamente persuasivo: los compradores que se paraban a mirar varias cosas se duplicaron, así como quienes leían las sinopsis de los libros.
Pero más allá del estudio, hay una lógica detrás de los aromas que se asocian de manera consciente o inconsciente a un producto. Un experimento sueco descubrió que el olor a galletas con chispas de chocolate incentivaba el consumo de café. Al oler las galletas, los sujetos en el estudio se hicieron más conscientes de los letreros de cafeterías. Las ventas incrementaron en 40%.
