La arquitectura neuronal de la inteligencia

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¿Cómo crees que es el cerebro de alguien brillante y con un elevado potencial? Muchos opinan que estas personas tienen mayor materia gris. Ahora bien, la teoría de la arquitectura neuronal de la inteligencia nos dice que las mentes más efectivas son, en realidad, más plásticas y con una gran capacidad para reconfigurarse ante cada información nueva.

Flexibilidad, conectividad, plasticidad y habilidad para actualizar creencias y esquemas de pensamiento. Esas, y no otras, son las auténticas claves del razonamiento inteligente. De este modo, si queremos visualizar por un instante cómo funciona el cerebro, deberemos imaginar un gran bosque. Todas sus ramas están interconectadas y cuantas más conexiones existan, más hermoso y poderoso será ese territorio.


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A su vez, tener esta imagen nos permite comprender un aspecto primordial. A menudo, damos por sentado que la inteligencia se localizaba en exclusiva en regiones como la corteza prefrontal. Sin embargo, ahora sabemos que no hay un lugar o una red específica en la que llevemos a cabo nuestros análisis y resoluciones.

¿Qué es la arquitectura neuronal de la inteligencia?

Aunque comprender los mecanismos neurológicos de la inteligencia es un fin complejo, definirla no lo es tanto. Es la capacidad de resolver problemas. Se trata de esa facultad mental que nos permite comprender la realidad y tomar decisiones en sintonía con cada situación o desafío que tengamos frente a nosotros.

Esto significa pensar de manera abstracta, pero también relacionar datos con nuestra experiencia y hasta comprender ideas complejas. Aquí no cabe la teoría de las inteligencias múltiples. Porque desde un punto de vista neurológico, la conducta inteligente solo es una, y es aquella por la que el cerebro nos permite adaptarnos a nuestro entorno de manera afectiva al resolver obstáculos.

Es esta capacidad la que nos ha facilitado situarnos por encima del resto de seres vivos y ser, por así decirlo, todo un éxito biológico. Ahora bien, ¿cómo lo hemos conseguido? ¿Cómo da forma el cerebro a esos procesos cognitivos tan efectivos?

Un reto que define a la ciencia de un tiempo a esta parte es comprender la naturaleza y los mecanismos de la inteligencia. El objetivo no es otro que crear una inteligencia artificial más avanzada, diseñar programas educativos más útiles, así como comprender de manera más profunda desde enfermedades hasta trastornos neuropsiquiátricos.

La plasticidad neurológica lo es todo

La neuroplasticidad cerebral es lo que nos permite desde modificar hábitos o conocimientos predeterminados hasta crear nuevas conexiones neurológicas al aprender o desarrollar nuevas competencias. Un cerebro “plástico” es un cerebro que se modifica a sí mismo partiendo de cada experiencia, actualizándose, generando nuevas redes, nuevas rutas de pensamiento.

La actividad neuronal de la inteligencia partirá siempre de estos principios: la flexibilidad y la transformación continua. Solo cuando somos capaces de actualizar nuestros conocimientos, desechando lo que ya no es útil para desarrollar nuevos conceptos y enfoques, edificamos una mente eficaz, hábil e inteligente.

La inteligencia fluida y la inteligencia cristalizada: redes que construyen nuestra competencia cognitiva

Raymond Cattell aportó una valiosa teoría que, hasta día de hoy, sigue siendo completamente válida. Los conceptos de la inteligencia fluida (Gf) y la inteligencia cristalizada (Gc) son básicos para el mundo de la neurociencia.

  • Recordemos, la primera (Gf) hace referencia a esas operaciones mentales que utilizamos para resolver problemas novedosos sin ningún tipo de conocimiento previo.
  • La segunda (Gc) se nutre de nuestra cultura, educación y experiencias previas. Es la que aplicamos para resolver problemas familiares.

Un estudio del laboratorio de neurociencia de la Universidad de Illinois indica algo interesante sobre esa arquitectura neuronal de la inteligencia que rige ambos procesos.

La inteligencia cristalizada hace uso de unas redes neuronales que trabajan de manera automática reconociendo patrones y relacionándolos, en exclusiva, con nuestros conocimientos previos. La inteligencia fluida utiliza unas redes neuronales más dinámicas, plásticas y adaptativas. Su actividad es más compleja, puesto que no se basa en exclusiva en lo ya aprendido. Por ello, hace uso de múltiples regiones cerebrales…

La arquitectura neuronal de la inteligencia nos dice que los cerebros eficientes son más brillantes

¿A qué nos referimos exactamente cuando hablamos de cerebros o “mentes brillantes”? Aquí el enfoque de la arquitectura neuronal de la inteligencia nos resulta muy útil por varias razones.

La primera porque esta teoría nos dice que el cerebro humano está diseñado para la eficiencia, es decir, para responder rápido ante cualquier estímulo, problema, circunstancia y desafío.

El segundo aspecto que nos revela este enfoque es que el cerebro trabaja como un todo. No pensemos que la inteligencia reside solo en un área como las regiones prefrontales. Utilizamos múltiples redes neuronales, esas que orquestan tanto los procesos de la inteligencia fluida como la cristalizada.

¿Cómo puedo ser más inteligente?

Todos nosotros podemos mejorar nuestras funciones mentales a partir del aprendizaje y la estimulación o ejercitación cognitiva. No obstante, eso no hará que obtengamos de pronto un mayor CI (cociente intelectual). Debemos considerar que la inteligencia fluida, por ejemplo, tiene casi siempre un componente genético. Por su parte, la inteligencia cristalizada nunca caduca y puede expandirse.

¿De qué manera? Haciendo gimnasia mental: entrenando la memoria, las matemáticas, la atención, la reflexión, aprendiendo idiomas, a tocar instrumentos musicales, socializando, leyendo y manteniendo siempre una actitud crítica y curiosa por la vida y toda la actualidad que nos rodea.

Tengamos presente que una cualidad de nuestro cerebro es la plasticidad. Siempre es buen momento para aprender cosas nuevas y sobre todo, para mediar en nuestro bienestar y felicidad. No hace falta formular una nueva teoría de las cuerdas cuánticas. Basta con ser más hábiles para resolver dificultades del día a día.
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