Explora los beneficios de los «espacios azules»

cara de asombro

Según publica el portal Lamenteesmaravillosa.com  El contacto con espacios naturales parece que reporta múltiples beneficios, ya sea aumentando nuestra capacidad para mantener la atención, gestionar el estrés o resolver problemas. Asimismo, tienen un impacto notable en la forma de gestionar las emociones, favoreciendo en última instancia nuestra salud mental.

Vivir cerca de espacios azules tiene efectos positivos sobre el organismo a través de otras variables, como la actividad física. Además, este tipo de entornos reduce el estrés y la ansiedad, al tiempo que mejora el estado de ánimo y el bienestar psicológico. Además, parece que las consecuencias positivas de la exposición suelen mantenerse en el tiempo.


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Según un nuevo estudio, quienes durante su niñez pasaron tiempo jugando cerca de lagos o costas gozan, por término medio, de una mejor salud mental. Profundicemos.

Beneficios de haber crecido cerca de espacios azules

La falta de exposición a la naturaleza durante la niñez parece pesar en la salud mental. Disfrutar en la infancia de este tipo de espacios se ha asociado con un mayor bienestar subjetivo y un menor riesgo de problemas de salud mental. También se relaciona con tasas más bajas de esquizofrenia y depresión.

A pesar de estos hallazgos, el papel de la exposición infantil a los espacios azules en el bienestar de los adultos sigue sin estudiarse. Ante esta carencia, la investigación de Vitale, et al. (2022) se propuso investigar este problema utilizando datos de una encuesta (N=15.743) realizada en varios países (18) que se centró en los espacios azules como ríos, lagos y la costa. Este estudio examinó:

  • Espacios azules (costas, ríos, lagos, etc.) en particular.
  • Asociaciones entre la exposición recordada de la infancia de los adultos a los espacios azules, la frecuencia de las visitas recientes a los espacios verdes y azules, y el bienestar subjetivo de los adultos.
  • El papel de la exposición infantil a los espacios azules en las motivaciones intrínsecas para pasar tiempo en la naturaleza.
  • La consistencia de estas relaciones entre diferentes países.

Para ello, los investigadores les pidieron a los encuestados que recordaran sus experiencias en espacios azules entre los 0 y los 16 años. Debian aclarar qué tan cerca vivían, con qué frecuencia los visitaban y qué tan cómodos se sentían sus padres con ellos jugando en estos entornos. También debían dar detalles de su visita más reciente a estos espacios durante las últimas cuatro semanas, y el estado de su salud mental durante las últimas dos semanas.

La exposición infantil a los espacios azules y el bienestar de los adultos

Esta investigación, publicada en Journal of Environmental Psychology, evidenció que los encuestados que recordaban más experiencias en espacios azules durante la infancia daban un mayor valor a la naturaleza, y además solían disfrutar más en los entornos menos artificiales. También hallaron que la exposición a los espacios azules correlacionaba de manera positiva con un mayor bienestar subjetivo en la edad adulta.

“Nuestros hallazgos indican que los beneficios potenciales de la exposición infantil a los espacios azules pueden extenderse, más allá de los factores motivacionales y la frecuencia de visitas recientes, a un mejor bienestar subjetivo en la edad adulta”.

-Vitale, et al. (2022)-

Estos resultados destacan el impacto favorable que tienen estas experiencias infantiles en el largo plazo. Asimismo, resaltan el papel protector que tienen estos espacios ante los problemas de salud mental en la adultez.

Los hallazgos nos dejan claro que familiarizar a los niños con los espacios azules puede estimular una alegría inherente por la naturaleza y promover en las personas esa búsqueda de experiencias recreativas en ambientes naturales. Esto, como ya hemos visto, tiene grandes beneficiosas para la salud mental de las personas.

Una responsabilidad de todos

En un comunicado de prensa para la University of Exeter, Mathew White, coautor del estudio, sostuvo que: “el estudio actual se suma a nuestra creciente conciencia de la necesidad de que los planificadores urbanos y los organismos locales responsables de administrar nuestros espacios verdes y azules brinden servicios seguros y accesibles a escenarios naturales para el sano desarrollo mental y físico de nuestros niños”.

Los continuos avances y desarrollos son una invitación cada vez más explícita a que las medidas de prevención en lo que se refiere a salud pública tengan como objetivo acortar la distancia entre la infancia y los entornos naturales. Sin embargo, esta no es solo una responsabilidad de los estamentos públicos; las iniciativas individuales, y de manera especial las de los padres y tutores, también son interpeladas por esta misma invitación.

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