El neuromarketing, un impacto «potente»

emociones

El neuromarketing, un impacto «potente». Según publica el portal  escoeuniversitas.com ¿Por qué un primer impacto potente? Uno de los aspectos más importantes del neuromarketing es el primer impacto, es decir, la primera impresión que causa una comunicación en el consumidor. El primer impacto es determinante para captar la atención, despertar el interés y crear una conexión emocional con la marca o el producto.

El neuromarketing es una disciplina que combina la neurociencia y el marketing para estudiar cómo el cerebro de los consumidores reacciona ante los estímulos de comunicación. El objetivo es entender los procesos mentales que influyen en la toma de decisiones de compra y diseñar estrategias que generen un impacto positivo en el público objetivo.


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Pero, ¿cómo lograr un primer impacto potente a través del neuromarketing? ¿Qué ocurre en el cerebro cuando una comunicación llama la atención y causa un impacto emocional intenso?

Estructuras del cerebro implicadas

Para responder a estas anteriores preguntas, hay que tener en cuenta que el cerebro humano está compuesto, a los efectos de lo que nos ocupa, por tres partes principales: las estructuras básicas, el sistema límbico y el neocórtex. Cada una de estas partes tiene funciones diferentes y se activa de forma distinta ante los estímulos externos.

Estructuras básicas

Las estructuras más elementales, también llamadas reptilianas, se encargan de las funciones vitales, como la respiración, el latido del corazón o el instinto de supervivencia. Es el responsable de las reacciones automáticas e impulsivas, como el miedo, la agresión o el placer. Estas estructuras son muy sensible a los estímulos visuales, auditivos y táctiles que le indican si algo es peligroso o beneficioso para su supervivencia.

Sistema Límbico

El sistema límbico, simplificando podríamos decir que es la parte emocional del cerebro. Se encarga de procesar las emociones, los sentimientos, las motivaciones y las memorias. Es el responsable de generar las preferencias, las actitudes y los valores que guían el comportamiento humano. El cerebro límbico es muy sensible a los estímulos que le provocan placer o dolor, alegría o tristeza, amor o odio.

Neocórtex

En neocórtex, capa o corteza superficial, sería la parte racional del cerebro. Se encarga de las funciones cognitivas superiores, como el lenguaje, el pensamiento abstracto, la creatividad o la lógica. Es el responsable de analizar la información, resolver problemas y tomar decisiones conscientes. El neocórtex es muy sensible a los estímulos que le aportan datos, argumentos o evidencias que le ayudan a comprender y evaluar la realidad.

Por qué y cómo activar estas 3 estructuras

Para lograr un primer impacto potente en el consumidor, hay que tener en cuenta que el cerebro procesa la información de forma secuencial: primero pasa por las estructuras básicas, luego por el sistema límbico y finalmente por el neocórtex. Esto significa que hay que diseñar una comunicación que sea capaz de activar estas tres estructuras del cerebro secuencialmente y generar una respuesta positiva en cada una de ellas.

Activando las estructuras básicas

Para activar primero las estructuras básicas, hay que utilizar elementos visuales que llamen la atención y generen curiosidad o sorpresa.

Por ejemplo, se puede usar un color llamativo, un contraste fuerte, un movimiento rápido o un tamaño grande. También se puede recurrir a imágenes o sonidos que evoquen sensaciones físicas o emocionales relacionadas con el producto o la marca. Por ejemplo, se puede mostrar una imagen de una persona sonriendo al probar un producto o un sonido de una campana al anunciar una oferta.

Activando el sistema límbico

Para conseguir activar el sistema límbico hay que utilizar elementos emocionales que despierten el interés y generen empatía o identificación.

Por ejemplo, se puede usar un tono humorístico, una historia conmovedora, un testimonio real o una celebridad reconocida. También se puede apelar a los valores, las necesidades o los deseos del consumidor relacionados con el producto o la marca. Por ejemplo, se puede mostrar cómo el producto mejora la calidad de vida, satisface una aspiración o resuelve un problema.

Activando el neocórtex

Para lograr una activación positiva del neocortex hay que utilizar elementos racionales que creen confianza y generen convicción o acción.

Por ejemplo, se puede usar un dato relevante, un argumento sólido, una evidencia científica o una garantía de calidad. También se puede ofrecer una ventaja competitiva, un beneficio diferencial o una llamada a la acción relacionados con el producto o la marca. Por ejemplo, se puede mostrar cómo el producto es mejor que la competencia, ofrece un valor añadido o invita a comprarlo.

Conclusión

En conclusión, el neuromarketing es una herramienta muy útil para lograr un primer impacto potente en el consumidor. Para ello, hay que diseñar una comunicación que sea capaz de activar las tres estructuras del cerebro: las básicas, el sistema límbico y el neocórtex. De esta forma, se puede captar la atención, despertar el interés y crear una conexión emocional con la marca o el producto. Así, se puede influir en el proceso de toma de decisiones de compra y aumentar las posibilidades de éxito.

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