Científicos logran descubrir dónde se encuentra la soledad en el cerebro

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Investigadores lograron determinar que la soledad puede encontrarse en zonas concretas del cerebro, las cuales responden de manera distinta al resto de este órgano cuando experimentamos emociones y, según cada persona logre procesar la soledad, las reacciones en su cerebro pueden variar.

A lo largo de las últimas décadas, varios estudios han buscado comprender de qué manera la mente de cada persona reacciona ante el estímulo de una emoción y han logrado demostrar que la ansiedad sí deja huella física en el cerebro y este tipo de datos son los que ayudan a la ciencia a investigar con profundidad cómo reducir y controlar este tipo de padecimientos.


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La Facultad de Medicina de la Universidad de California, en San Diego, publicó que se pueden identificar las regiones específicas del cerebro que responden a estímulos emocionales relacionados con la soledad, y por lo tanto, identificar el lugar en el que se aloja la soledad en el cerebro.

Según estudios, la soledad en el cerebro opera de una manera totalmente contraria a la sabiduría, siendo esta la capacidad de actuar conforme al conocimiento, la experiencia y la empatía. Esto se concluyó luego de estudiar a 147 personas participantes, de entre 18 y 85 años, que fueron expuestos a emociones negativas y positivas y ver cómo estas se relacionaban con los prejuicios emocionales.

La tendencia más regular fue a que las personas más solitarias prestaron más atención a los estímulos amenazantes, como fotografías de personas enojadas, y que esto alentaba sus respuestas cognitivas. En cambio, quienes actuaban a partir de la sabiduría y no la soledad, los estímulos positivos los invitaban a reaccionar con emociones felices y acciones concretas.

Dichos resultados fueron verificados a través de imágenes cerebrales con la técnica de EEG (electroencefalogramas), encontrando signos neurológicos que reaccionaron de forma opuesta en aquellas personas con hábitos orientados a la soledad y a las que se desenvuelven en la vida con una actitud mucho más empática. Concretamente, la zona del cerebro llamada unión temporal-parietal se activaba de manera diferente en individuos más solitarios que en individuos más sabios.

Frente a esto, se pudo concluir que la soledad afectaría directamente la capacidad de las personas para sentir empatía y recordar sus experiencias y actuar conforme a lo que es correcto para ellas. Es decir, la soledad genera un procesamiento neuronal cognitivo que tiene como consecuencia un sesgo emocional.

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