Según publica el portal El Confidencial Nunca estuvimos en una era más visual, y prueba de ello (por si todavía hacen falta) son los emojis. Desde los años noventa, la sociedad no ha dejado de trascender la imagen. Reducirla al tamaño de una letra fue el comienzo de una narrativa indispensable en la actualidad. A lo largo de los veinte años que separan a los emoticonos japoneses de los emojis, el lenguaje ha ido moldeándose al símbolo; y así, ilustrar palabras ha ido cobrando más y más importancia fruto de la aceleración en la que vivimos. Buscado o impuesto, nuestros cerebros han ido adaptándose a esta nueva realidad, y parece que, llegados a este punto, podríamos decir que todos somos bilingües, porque hablamos el lenguaje y su idea.
Una nueva investigación publicada en la revista ‘Computers in Human Behavior’ ha encontrado que la mayoría de las personas pueden entender fácilmente un emoji cuando reemplaza directamente a una palabra. Esto es, comprender que el emoji de una montaña quiere decir eso, una montaña.
Eso sí, cuando encontramos un emoji tardamos un 50% más comprender el mensaje. Sin embargo, hablamos de milésimas de segundo: 456 milisegundos con palabras y 804 milisegundos con emojis. Esto fue lo que reveló el experimento que llevaron a cabo.
En cuestión de milisegundos
Un grupo de participantes debieron leer de forma coordinada una palabra en la pantalla de un ordenador. Cuando terminaron de leerla, presionaron una tecla en el teclado para activar la siguiente palabra, y así varias veces. Poco a poco, las palabras fueron siendo reemplazadas por emojis.
Al finalizar, los investigadores midieron el tiempo de lectura que habían registrado cada participante para cada palabra, y encontraron que la mayoría de las personas podían comprender con precisión oraciones con un emoji reemplazando una palabra, aunque para ello necesiten 350 milisegundos más que cuando la oración solo contiene palabras.
Según apuntan los autores, se trata de un pequeño retraso de la mente que probablemente tenga que ver con que esta interpreta estas imágenes como eso, imágenes, no como palabras, de forma que descifrar un emoji requiere un paso adicional de procesamiento.
Qué pasa con las palabras polisémicas
De hecho, si esto no te parece impresionante, hay algo más: cuando una palabra se reemplaza con un icono que se traduce en una de distintos significados, a la que conocemos como polisémica, como la imagen de un ratón (animal) refiriéndose al ratón de un ordenador, nuestras mentes solo tardan unos 900 milisegundos más en descubrir lo que significa.
En un segundo, el cerebro parece capaz de extraer un enorme conjunto léxico de palabras y reconocer sus significados hasta encontrar el que coincide con la imagen que está viendo. Por muy rápido que parezca, no es tan sencillo, y eso lo hace más increíble. «En el primer paso, se produce una activación conceptual visual», explican los autores, quienes añaden: «Si este paso no es suficiente para la generación de un enunciado significativo, se recupera la información fonológica de la entidad léxica (palabra) para acceder a significados adicionales, y se debe suprimir el concepto original activado».
Quienes usan emojis con asiduidad leen estos signos homófonos con la misma lentitud que quienes no están tan acostumbrados a ellos
Tras estos hallazgos, los autores del estudio sostienen que los emojis se interpretan de una manera dependiente del contexto. Además, han demostrado que los participantes que ya usaban emojis con asiduidad leen estos signos homófonos con la misma lentitud que quienes no están tan acostumbrados a ellos. Eso sí, cuando un emoji coincide directamente con una palabra sí lo leen más rápidamente.
El siguiente paso es ahora realizar un estudio similar con personas que conviven con la esquizofrenia, para observar esta actividad cerebral desde las dificultades para identificar significados no literales que presenta esta condición de la salud mental.
