Así funciona el «efecto entrada»

mujer mirando por la ventana

El efecto entrada es un fenómeno que cursa con un bloqueo mental o error en la memoria justo cuando cruzamos el umbral de una habitación. Parece un extraño sortilegio, es cierto. Es como si el cerebro sufriera un reinicio y, de pronto, uno no sabe bien a qué ha ido a esa estancia.

Es frustrante y también inquietante. Al mismo tiempo, es una experiencia tan común y conocida que también causa risa. En cierto modo, es una muestra más de lo falible que es nuestra memoria. No hace mucho, se daba por sentado que la mente era muy eficaz para organizar la información y que cada dato se almacenaba en el cerebro de manera lógica y ordenada.


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Sin embargo, la realidad es otra. El cerebro sufre muchos fallos en la atención, se despista y, a veces, el simple hecho de pasar de un escenario a otro (del salón a la cocina) puede hacer que nos quedemos en blanco. Aquello que estábamos pensando puede difuminarse y desaparecer como el humo que huye por una ventana abierta…

¿En qué consiste el efecto entrada?

¿A qué he venido yo aquí? Esa experiencia en la que entramos a una habitación con la idea de buscar algo concreto y al poco de cruzar el umbral lo olvidamos por completo es algo habitual. Este fallo en la memoria no tiene nada que ver con el declive cognitivo ni con los procesos de estrés. En realidad, es un error de nuestros procesos atencionales.

También se vincula a otro hecho no menos interesante. El entorno físico y ambiental puede actuar como distracción a la hora de consolidar la información que tenemos en mente.

Por ejemplo, estamos haciendo la maleta en nuestra habitación y, de pronto, recordamos que debemos coger el cargador del móvil que está en la cocina. Sin embargo, al llegar a la cocina la mente se focaliza en ese otro escenario, pensamos en esa taza y esos platos que no hemos puesto en el lavavajillas o en ese zumo que no está en la nevera. Casi sin saber cómo, ya no podemos recordar la razón por la que habíamos ido hasta allí…

La mente responde en función de prioridades inmediatas

Un trabajo de investigación realizado por el doctor Gabriel Radvansky de la Universidad de Notre Dame aportó datos interesantes sobre el efecto entrada o umbral.

Algo que debemos entender en primer lugar es que la información se organiza en el cerebro en función de jerarquías. Hay datos que considera más importante que otros. Aún más, también suele borrar información de manera constante para poder procesar e integrar cosas nuevas. Esto provoca que elija qué guardar y qué purgar, por así decirlo.

Lo que sucede al entrar a otras habitaciones es que de pronto el cerebro sitúa toda la atención en ese nuevo escenario. Su prioridad es centrarse en ese nuevo ambiente y para ello, desecha lo que llevaba en mente porque ya no es una prioridad.

Este efecto no deja de ser un resquicio de nuestro pasado evolutivo. El ser humano estaba obligado a poner toda su atención en cada escenario que transitaba: cuevas, llanuras, bosques… El peligro podía surgir desde cualquier parte y debíamos estar preparados.

El efecto entrada y la dependencia de nuestros recuerdos con el ambiente

Evoquemos por un momento algún recuerdo de nuestra infancia. Visualicémoslo unos segundos. Lo más probable es que ese recuerdo esté vinculado a algún lugar: la casa de nuestros abuelos, el patio de un colegio, un día de playa, la casa de un amigo…

El cerebro depende en gran parte del ambiente y el escenario donde nos encontremos para generar recuerdos y consolidarlos. El sitio donde estemos es importante. Por ello, el efecto umbral, entendido como ese tránsito en el que pasamos de un punto a otro, es como transitar por un limbo en el que cuesta mucho asentar información nueva… La perdemos por el camino.

Obviamente, esto no sucede en el 100 % de los casos ni todos los días. Son experiencias casuales que se intensifican, sobre todo, cuando estamos haciendo muchas cosas a la vez. En estos tiempos de multitarea es muy común experimentar el efecto umbral.

¿Cómo podemos evitar este tipo de olvidos tan frecuentes?

Como bien hemos señalado, el efecto umbral no se relaciona con ningún problema cognitivo o inicio de demencia. Es un fallo habitual del cerebro. Sin embargo, ¿hay algún modo de evitar este tipo de errores de memoria? Como siempre sucede cuando hablamos de estrategias de mejora del recuerdo, hay un elemento imprescindible: mejorar nuestra atención.

Algo tan elemental (pero complicado a la vez) como evitar pensar en muchas cosas a la vez y focalizar la mente en eso que queremos recoger, buscar o encontrar es algo que siempre funciona. Sin embargo, como bien sabemos, el cerebro es una fábrica caótica de pensamientos y la atención siempre fluctúa. Por tanto, el efecto entrada será una constante en nuestras vidas.

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