Al igual que los músculos físicos, los mentales se deben ejercitar con constancia, pues necesitan tener resistencia para saber enfrentar desafíos que requieran de su enfoque y atención. De este modo, la estimulación cerebral favorece en gran medida el desarrollo de nuestras interconexiones neurales, que se pueden deteriorar con el paso de los años.
Cabe mencionar que el cerebro es uno de los órganos más esenciales del organismo; sin embargo, es el más complejo, por lo cual su funcionamiento muchas veces es desconocido. Este órgano se divide en dos hemisferios, el derecho y el izquierdo, y según varios estudios los seres humanos solamente llegan a utilizar el 10% del cerebro.
Una de las causas de no aprovechar el 100% de la capacidad del cerebral es la poca estimulación que se le da, al igual que los malos hábitos alimenticios, que también ayudan a perder gradualmente la memoria e incrementar el riesgo de padecer demencia.
Así mismo, las personas que tienden a ser muy sedentarias y que no realizan algún tipo de ejercicio o actividad diaria productiva para su salud son las que más suelen sufrir de pérdida de la memoria, incluso a muy temprana edad.
Es por ello que los expertos aconsejan la estimulación cerebral desde pequeños, pues esto no solo evita la perdida de memoria, sino que estimula la función cerebral, ayuda a aumentar el coeficiente intelectual y acelera los procesos de pensamiento. Incluso, varios estudios han comprobado que se adhieren nuevas células en el cerebro que son más fuertes.
De acuerdo con el escritor Tom Cornely, la neuroplasticidad es un proceso en el cual el cerebro se transforma con el tiempo, generando nuevos hábitos. En esta medida, dicho proceso le permite a cualquier ser humano cambiar las circunstancias de su diario vivir, adoptando o cambiando los comportamientos y pensamientos.
Con ello, Cornely le ha dado a conocer al portal web Modo Emprendedor tres hábitos importantes que el cerebro requiere y que lo hacen sentir mayor placer.
Leer 30 minutos al día
De acuerdo con un estudio realizado por Tom Cornely, el 88 % de los participantes lee para aprender al menos 30 minutos al día. La investigación incluyó la lectura de eventos actuales, material educativo, biografías de otras personas exitosas, historia y libros de autoayuda. Casi el 86% leyó dos o más libros educativos en el mes.
Es importante resaltar que, cuando el cerebro aprende algo nuevo, se libera la proteína denominada factor neurotrófico derivado del cerebro, que enciende el núcleo basal, el cual libera acetilcolina. Este químico estimula las neuronas para hablar entre sí y cuando esto se da surge la denominada sinapsis. Cuanta más sinapsis tenga el cerebro, menos probabilidades hay de padecer Alzheimer.
Hacer ejercicio todos los días
Con frecuencia, se recalca la importancia de incluir en el diario vivir una rutina de ejercicios aeróbicos, pero es uno de los hábitos que más ama y requiere el cerebro. Los ejercicios aeróbicos como correr, saltar, caminar, trotar, montar bicicleta, entre otros, aumentan la vida útil de las células, permitiendo que estas vivan mucho más tiempo y se mantengan lúcidas.
Cabe resaltar que el ejercicio físico también aumenta el volumen del tejido nervioso en el hipocampo, es decir, la parte del cerebro que es responsable de la memoria y el aprendizaje.
Aprender una nueva habilidad cada seis meses
Al cerebro le gusta estar en constante estimulación, es por ello que cuando se involucra una nueva actividad y se practica con constancia, el cerebro automáticamente cambia para revitalizarse. Cuando se implantan nuevas actividades a la rutina, las neuronas forman conexiones permanentes que permiten aumentar la capacidad mental, se crea masa cerebral y se mantiene una mente activa y saludable.
