Los supermercados tienen muchos trucos, que buscan hacerte comprar cosas incluso que no necesitas. Muchos de ellos tienen que ver con los colores de las cosas – como el uso del color rojo, que lo relaciones con ofertas – así como en el acomodo de los productos. Uno de sus trucos mejor guardados es el diseño de los carritos de compras.
Sí, el carrito del supermercado tiene un diseño el cual fue estudiado para favorecer que el cliente compre más. Por eso, aunque cambies de súper, caso por lo regular todos son del mismo diseño y pasan los años y los cambios son muy pocos en ellos.
TRUCOS DEL CARRITO DEL SUPERMERCADO
Tamaño. El primer truco es el tamaño. El carrito es demasiado grande para la necesidad de una familia. Más, cuando en México la familia típica es de mamá, papá y menos de dos hijos. Obvio, hay de todo, pero esa es la familia promedio. Además, por la dinámica laboral pasamos mucho tiempo fuera de casa y comemos también en la calle. El carrito, por más que le metas todo lo que en realidad necesites, siempre parece tener espacio para más productos. Es «chaparrito», pero muy profundo y le caben mucha cosas. El ticket cuando pagas es cuando te das cuenta.
Hechos para derechos. Es común que los carritos presenten una «falla» que hace que al momento de empujarlos se orienten a dar vuelta hacia la izquierda. Tal vez hasta te hayas agachado a ver si tenía atorado algo en la llanta. Pero no es una falla, están hechos así, para que uses la mano izquierda al guiarlo y tengas libre la mano derecha – hay menos gente zurda – para tomar más productos y echarlos al carrito.
Atorados. ¿Te ha pasado que los carritos parecen atorarse? No es que sean pesados o estén descompuestos. La intención del carrito lento es que puedas pasar más lento por los pasillos del súper y tengas más tiempo en ver productos, así crecen las probabilidades de que compres cosas que en realidad no necesitas, pero que para la tienda son más ganancias.
Cuando vayas al supermercado, te recomendamos que no entres cuando tienes hambre, y que lleves una lista de lo que realmente necesitas y te ajustes a ella. Así como comparar precios.
Si los productos de tu lista caben en una canasta o una bolsa de tela que lleves de casa, puedes evitar el tramposo carrito del supermercado.
