México: Los negocios de Carlos Slim poco conocidos fuera del país

 

El empresario mexicano Carlos Slim Helú es conocido en América Latina no sólo por ser el hombre más rico de la región sino también por sus grandes inversiones en los sectores de telecomunicaciones y commodities.

Pero más allá de estas dos áreas con grandes inversiones, Slim tiene en México una serie de negocios que son poco conocidos más allá de tierras aztecas y que incluyen papelerías, cafés, restaurantes, chocolates, el sector salud, música, venta de computadoras, ropa y cigarros, entre otros.


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En el corto plazo no se descarta que algunos, como su cadena de tiendas, restaurantes y cafeterías Sanborns, puedan tener una expansión en países como Brasil o Argentina, dos economías que en este momento están entre las prioridades del empresario.

Para quienes viven en México, el nombre Sanborns es tan común como hablar del clima. Con 165 sucursales al tercer trimestre de 2017, nueve menos que en 2016, se podría decir que este negocio está presente en todo el territorio nacional.

Para Slim es importante el dinero, pero también el cariño que puede desarrollar por algunos de sus negocios, y dos de los más queridos son precisamente Sanborns y los almacenes Sears, una marca que se declaró en quiebra en Estados Unidos, pero que el magnate se ha encargado de mantener viva en México como una de las preferidas de la clase media alta.

«Sanborns fue la primera compañía inscrita en bolsa de valores que compró Slim. Tenía un prestigio social enorme», señaló a Infobae México Luis Enrique Mercado, un periodista que conoció a Slim a principios de los años setenta cuando era corredor en la Bolsa México de Valores (BMV).

Fue fundado en 1903 en el centro de la Ciudad de México por Walter Sanborn, un farmacéutico norteamericano, bajo el nombre de «Sanborn American Pharmacy«.

El cariño por Sanborns

La Casa de los Azulejos, en el centro de la capital mexicana

La Casa de los Azulejos, en el centro de la capital mexicana

Después de la Revolución Mexicana de 1910, Sanborn rentó y remodeló un edificio histórico conocido como «La Casa de los Azulejos«. Lo convirtió en un lujoso restaurante, salón de té, fuente de sodas, tienda de regalos, farmacia y dulcería. Llegó a ser el centro de reunión de la alta sociedad de la época.

En 1946 y luego de abrir una serie de sucursales en la capital, Frank Sanborn vendió la cadena a Walgreen Drug Company de Chicago, que se hace cargo hasta 1990. A pesar de la transacción la codiciada Casa de los Azulejos se incorpora al portafolio de la compañía hasta 1978 cuando los herederos, que la rentaban a los dueños de las tiendas Sanborns, la venden por el alto costo que implicaba su mantenimiento.

Once años después aparece en la escena el empresario mexicano quien compra la mayor parte de las acciones de la compañía e inicia como tarea prioritaria la restauración del edificio histórico construido en 1737.

La cadena maneja varias marcas propias, como la de los tradicionales chocolates que también son propiedad del empresario, que en algún momento participó en la confitería a través de Hershey’s, en la que tenía un paquete de acciones.

Sanborns se convirtió en uno de los tres pilares de Grupo Carso, con ventas superiores a los 49.768 millones de pesos en 2017 (USD 2.603 millones). La holding tiene en su portafolio las marcas Sears; las tiendas iShop, una asociación con Apple; MixUp, dedicada a la venta de música y boletos para grandes espectáculos, los almacenes de lujo Saks Fifth Avenue y las tiendas DAX, dedicadas a la venta de artículos de perfumería y cosméticos.

El método Slim

El millonario mexicano no ha dejado que la marca Sears desapareciera en su país (Foto: Getty Images)

El millonario mexicano no ha dejado que la marca Sears desapareciera en su país (Foto: Getty Images)

«Siempre ha sido un hombre visionario que desde que era operador del piso de remates en la BMV. A principios de los años setenta, compró una empresa en quiebra de impresiones de calendarios que se llamaba Galas, también una mina de arena, siempre estaba buscando diversificarse«, recordó Mercado.

«Ha hecho algo muy notable con marcas que ya quedaron en la historia en Estados Unidos como Sanborns y Sears. Donde no ha sido muy exitoso es en Saks», afirma.

Mercado añade que el magnate siempre tuvo claro que América Latina era un gran mercado y que el futuro de sus inversiones estaba en países como Brasil o Argentina, que después de sus crisis económicas le han dado la oportunidad de aplicar la fórmula que siempre le ha funcionado: comprar barato y vender caro.

También ha podido aterrizar inversiones que la regulación mexicana le ha complicado, como la televisión de paga.

«Desde hace muchos años tuvo muy claro el mercado de América Latina. Por allá de 2012 o 2013 decía que el PIB (Producto Interno Bruto) per cápita de la región estaba subiendo, que de USD 10.000 iría a 14.000. Entonces ya era muy claro para él que tenía que irse a Brasil y Argentina, y ahora después de México es donde más presente está», dijo.

La venta de productos Apple también está en el negocio de Carso

La venta de productos Apple también está en el negocio de Carso

La lista interminable

Los negocios poco conocidos del magnate no terminan con la ropa. Una de las empresas que guarda cerca de su corazón, al igual que Sanborns, es Cigarrera La Tabacalera Mexicana (Cigatam), que compró en 1981. Produce marcas de cigarros como Marlboro, Delicados y Benson & Hedges. Aunque en 2007 vendió la mayor parte de la compañía a Philip Morris conserva el 20% del paquete accionario.

Para el magnate, esta compañía es el modelo de su éxito, ya que durante los primeros 25 años posteriores a su compra ganó cada año 1,5% en promedio de la cuota de mercado.

La crisis mexicana de 1982, cuando el país estaba quebrado y nadie se atrevía a invertir, Slim aprovechó para comprar toda una serie de empresas a precios muy baratos, sin importar a que área pertenecieran.

La lógica de negocios de Slim es simple: comprar barato y vender caro (Reuters)

La lógica de negocios de Slim es simple: comprar barato y vender caro (Reuters)

Así, se hizo de importantes paquetes accionarios o del total de empresas como una llamada Hulera El Centenario; Bimex, fabricante de bicicletas; la cadena hotelera Calinda, ahora conocida como Ostar Grupo Hotelero; las compañías de neumáticos Euzkadi y General Tire, aseguradoras… La lista es interminable, todos querían venderle al único hombre que se aventuró a comprar en esos años de inestabilidad.

A mediados de la década de los noventa compró El Globo, una cadena de tiendas de repostería fundada en 1884 por la familia de inmigrantes italianos Tenconi, después la vendió a la mexicana Bimbo.

En 2000 incursionó en la venta de artículos de oficina a través de la cadena norteamericana OfficeMax, donde compró un paquete accionario de 7,5 por ciento.

Hace una década, a través de su empresa Impulsora del Desarrollo y el Empleo en América Latina (IDEAL) y el Grupo Star Médica, incursionó en el negocio de la construcción de hospitales privados.

Uno de estos proyectos, ubicados en el Estado de México, contiguo a la capital mexicana, incluye un centro comercial.

Las plazas comerciales son otro de los negocios del magnate. Al sur de la capital mexicana cuenta con dos que son de su propiedad: Plaza Loreto y Plaza Cuicuilco. Las dos eran viejas fábricas de papel de finales del siglo XIX que rescató para convertirlas en pujantes negocios.

«Se le asocia también con la ampliación de Centro Comercial Santa Fe en la Ciudad de México (uno de los más caros de América Latina), que es otra plaza que se hizo con capital de Slim», dijo a Infobae México Ignacio Martínez, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio Exterior (Lacen), un think tank mexicano dedicado a promoción de negocios.

Justo es plaza Cuicuilco la que aloja oficinas de sus distintas empresas, entre ellas las de Grupo Financiero Inbursa a través del cual opera el banco del mismo nombre. Por su nivel de capitalización Banco Inbursa está considerado por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores como el séptimo más importante del país.

Slim y los deportes

Gracias a Slim la Fórmula 1 regresó a México después de 23 años (Getty)

Gracias a Slim la Fórmula 1 regresó a México después de 23 años (Getty)

Aunque es aficionado al béisbol, en particular a los Yankees de Nueva York, en 2012 se convirtió en el nuevo jugador del fútbol mexicano con la compra del 30% de los clubes Pachuca y León de la primera división. Después, junto con el Pachuca, compró al equipo en ascenso Estudiantes Tecos.

Emocionado con las compras en el fútbol azteca, también en 2012 invirtió 2 millones de euros en el club español Real Oviedo, convirtiéndose en el accionista mayoritario.

Sin embargo, no era la primera vez que Grupo Carso invertía en deportes; a través de la escudería Telmex patrocina a pilotos mexicanos de distintas categorías. Después de 23 años de ausencia, logró llevar de regreso la Fórmula 1 a México.

El cielo al alcance

En sus inicios, la mexicana Volaris tuvo entre sus inversionistas a Carlos Slim (Foto: iStock)

En sus inicios, la mexicana Volaris tuvo entre sus inversionistas a Carlos Slim (Foto: iStock)

El cielo no ha escapado de los tentáculos del empresario. En 2007 invirtió en Volaris, una aerolínea mexicana de bajo costo, pero en 2010 vendió su paquete accionario.

A través de su compañía CICSA obtuvo la construcción del edificio terminal del nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), una estructura de cuatro pisos a través de la cual se pensaba al año un aproximado de 68 millones de personas.

Sin embargo, la construcción del NAIM fue cancelada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Hasta finales de 2015 se estimaba que era dueño de aproximadamente 180 empresas. Eso sin contar su primera compra, a finales de los años sesenta, una pequeño negocio llamado Embotelladora Jarritos del Sur, una fábrica de refrescos.

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