México: Algo falla, hasta el OXXO voltea hacia Brasil

Este mes, las perspectivas económicas para México se deterioraron levemente, en sentido contrario, las de Brasil mejoraron en esa dimensión.

Carlos Slim Domit y José Antonio Fernández Carbajal quizás lo notaron antes.


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Las estrategias económicas de las dos economías más poderosas de Latinoamérica parecen tomar caminos distintos.

Va un caso. Al tiempo que el Gobierno de México reparte dinero de los contribuyentes de manera directa a jóvenes desempleados, el de Brasil empuja un proyecto para reducir a las empresas 30 por ciento los costos de contratar a gente de entre 18 y 29 años de edad.

“Tras los sólidos resultados de la actividad de septiembre, revisamos nuestras previsiones del PIB para Brasil”, expuso la semana pasada JP Morgan en un reporte para sus inversionistas llamado Latin America Data Watch.

“La recuperación se debe principalmente a un consumo doméstico más fuerte”, abundó.

El mayor banco estadounidense movió de 1.8 a un 2 por ciento su perspectiva de crecimiento del PIB para Brasil en 2019, mismo porcentaje espera la institución para 2020.

En México, las tiendas de autoservicio entregan resultados decepcionantes, las ventas de automóviles caen.

A diferencia de sus antecesores, el presidente Andrés Manuel López Obrador confirma con actos que quiere repartir mejor los beneficios de la economía y eso es plausible.

La duda está en si su estrategia específica generará más riqueza en México para repartirla adecuadamente, pues esta semana el Banco de México redujo las previsiones para el país que cerrará 2019 con cerca del cero por ciento de aumento en su economía respecto a 2018.

Coincide en eso JP Morgan: “Somos un poco más cautos en los sectores impulsados por el consumo; a pesar de los sólidos fundamentos, no han logrado mantener el ritmo este año y esta tendencia podría continuar (en 2020)”.

Ese banco movió a 1.5 por ciento su perspectiva de crecimiento para México en 2020 desde 1.7 por ciento que lo tuvo anteriormente. Está entre los optimistas.

Es deseable que el presidente comprenda la relevancia de estos datos, de lo contrario, podríamos acumular más casos como los siguientes:

“Desde hace mucho tiempo, hemos mirado a Brasil como un mercado atractivo para tiendas de formato pequeño”, divulgó en agosto Daniel Rodríguez Cofré.

Él ve por las tiendas OXXO, en su calidad de director general de FEMSA Comercio. De entonces a la fecha esa empresa propiedad del corporativo que preside José Antonio Fernández Carbajal programa la aplicación de una inversión equivalente a 132 millones de dólares para que una nueva versión de sus tiendas que promueven el café Andatti, invadan ahora ese país.

En las mismas, Carlos Slim Domit anunció hace una semana una apuesta más grande.

Tras reunirse con el presidente brasileño Jair Bolsonaro, advirtió que con la aplicación de 7 mil 150 millones de dólares aumentarán su infraestructura para desarrollar nuevos servicios, como la administración de datos en servidores. Eso que llamamos ‘nube’.

Las empresas mexicanas –que son las que más invierten en el país– ya no tienen la dimensión que tuvieron en los 80 o inicios de los 90.

Su poder les permite hacer inversiones en cualquier parte del mundo, lo que pone a México a competir incluso por capital privado mexicano, no solo inversión extranjera.

Bolsonaro es un político que se presenta con características ideológicas de una extrema derecha indeseable para México, pero su tendencia incluye un modelo económico que empieza a convencer a los dueños del capital privado.

Ayer terminaron 15 años de gobiernos de izquierda en Uruguay por elección de la población. El candidato opositor Luis Lacalle Pou alcanzó una ventaja indiscutible sobre el oficialista Daniel Martínez.

En ánimo de tener gobiernos que persigan la igualdad económica, el presidente López Obrador debe hacer ajustes para demostrar que la izquierda también puede generar crecimiento económico.

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