La prensa sigue inmersa en un largo y complejo proceso de transformación desde principios de este siglo. Internet ha sido el factor que ha originado la mayor revolución del periodismo de su historia, un fenómeno que ha provocado una caída en picado del papel a medida que los medios de comunicación han ido ampliando y mejorando su oferta digital.
En los últimos diez años, el número de lectores de prensa impresa ha descendido un 61%, según el último Estudio General de Medios (EGM). A mediados de 2012, se registraron 14.347.000 y hoy se contabilizan 5.621.000.
La misma evolución se certifica en el alcance de la prensa en papel en la sociedad. Hace una década, el 35,7% de la población accedía a un periódico impreso y hoy ese porcentaje baja hasta el 13,4%.
La venta de periódicos en quioscos ha disminuido en sus tres modalidades -generalista, económica y deportiva-, siendo esta última la más golpeada. Los lectores de prensa deportiva han sido los más volátiles, lo que ha provocado que su número de lectores se reduzca en dicho periodo a prácticamente una cuarta parte, hasta alcanzar los 1.325.000.
El segundo más perjudicado ha sido la prensa generalista, que tiene algo más de la mitad de lectores respecto a 2012, hasta los 4.902.000, y, por último, la prensa económica que, aunque es la más fiel al papel, no está exenta de cambios profundos, al reducir su público a la mitad, hasta los 158.000.
El consumo del papel en los jóvenes, relevantes actores en este proceso de transformación, ha caído exponencialmente en los últimos años. En el intervalo de 14 a 34 años, los lectores tradicionales han pasado de suponer el 29,80% – 3 de cada 10 – al 16,13%.
Actualmente los lectores más activos de prensa impresa tienen una edad comprendida entre los 45 a 64, mientras que hace una década, la franja predominante era la de entre 35 a 54; es decir, forman parte de una misma generación de lectores.
