La obra conectará los puertos de Salina Cruz (Oaxaca, Pacífico), con Coatzacoalcos (Veracruz, Atlántico), en una franja de 303 kilómetros que además contará con dos puertos de altura, tren de carga, carreteras, tres aeropuertos, un gasoducto y una red de fibra óptica.
Con esta nueva vía de comunicación, México busca impulsar el comercio internacional al unir Asia con la costa este de Estados Unidos y Europa a través de ese paso, el punto más estrecho del país.
El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec: una obra ambiciosa con grandes retos
La puesta en marcha de la primera línea del CIIT es un paso importante para el Gobierno de López Obrador, que ha hecho de esta obra una de sus prioridades. Sin embargo, aún queda mucho trabajo por hacer para que el proyecto sea un éxito.
Uno de los retos más importantes es atraer a las empresas que utilicen el CIIT como ruta comercial. El Canal de Panamá es una infraestructura consolidada con una larga trayectoria, por lo que será necesario ofrecer a las empresas condiciones competitivas para que opten por la vía mexicana.
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Otro reto es el desarrollo de la región del Istmo de Tehuantepec. Esta región, históricamente olvidada, tiene un gran potencial económico, pero necesita inversiones para mejorar su infraestructura y servicios.
Un proyecto ambicioso
El CIIT es una obra ambiciosa que tiene el potencial de transformar la economía de México y la región. Sin embargo, su éxito dependerá de la capacidad del Gobierno para superar los retos que plantea.
En los próximos años, será importante seguir de cerca el desarrollo del proyecto para evaluar su impacto y su contribución al desarrollo del país.
Según publicó The Logisticsworld.com