Asedas apuesta por un modelo que se acerque cada vez más a un centro de servicios. María Martínez-Herrera, directora de Sostenibilidad de Asedas, destaca el esfuerzo del personal de tienda para avanzar en un modelo que se acerca cada vez más a la idea de un centro de servicios. En los últimos años, especialmente después de la pandemia de COVID-19, se ha reconocido la importancia de que las personas mayores se sientan seguras, acompañadas y puedan realizar gestiones a las que tienen difícil acceso en los supermercados.
El supermercado no solo tiene la responsabilidad social de ofrecer un surtido de alimentación que cubra las necesidades nutricionales de las personas mayores, sino también de brindarles un lugar cercano donde puedan sentirse seguros y recibir atención personalizada. Además, se han implementado cambios en las tiendas para facilitar la accesibilidad de las personas con dependencia, como rampas de acceso, cajas confortables y pasillos anchos e iluminados.
Asedas apuesta por un modelo que se acerque cada vez más a un centro de servicios
Asimismo, se ha avanzado en la formación del personal para atender de manera especializada a las personas mayores o dependientes. Programas como el de Compra Asistida impulsado por el Cermi y las asociaciones de distribución alimentaria de Castilla La Mancha han contribuido a mejorar la atención y el servicio a este colectivo.
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Además, se han implementado servicios destinados a cubrir la brecha digital y territorial, como prestaciones bancarias sencillas ofrecidas por algunas empresas de supermercados. Todo esto demuestra el compromiso del sector de supermercados en brindar un apoyo integral a las personas mayores, no solo en términos de alimentación, sino también en su bienestar general y calidad de vida.
Según publicó Revista Inforetail