Inteligencia artificial versus cerebro humano

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Esta tecnología ofrece un enorme potencial, desde la prevención al diagnóstico

Es posible que aún no se haya topado con un robot en la recepción de un hospital, ni que haya visto a uno de estos hombres de metal articulados movilizar a un paciente. Seguro que está más familiarizado con uno de esos dispositivos a domicilio que monitorizan la presión arterial o la glucemia. La robótica y la inteligencia artificial (IA) son aliados de la salud y la medicina que han llegado para quedarse. Su desarrollo nos permite aventurar aplicaciones que, en otro tiempo, podrían parecer de ciencia ficción.


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El papel que juegan la IA y la robótica es “aún pequeño

Son herramientas poco extendidas, generalmente de alto coste, con dificultades en su escalado y, a veces, con serios problemas de validez externa. Sin embargo, el potencial de su uso es enorme”, asegura Juanjo Beunza, director de machine learning health de la Universidad Europea.

La IA está detrás de “muchas de las etapas del proceso de salud, desde la prevención al diagnóstico, pasando por monitorización, tratamientos personalizados o desarrollo de fármacos”, destaca Juli Climent, director del departamento de IA de Asho.

En este desarrollo que está por venir, “los algoritmos diagnósticos, la monitorización –remota o no– en tiempo real de parámetros fisiopatológicos y el uso de algoritmos de machine learning para la gestión de todo ese gran volumen de datos (big data) también en tiempo real cambiarán radicalmente el modo en el que concebimos la salud en general y la medicina en particular”, augura Beunza.

El manejo de gran número de datos facilita la labor del facultativo

En un entorno cambiante y cada vez más complejo en lo relativo al ecosistema de los datos en salud, “la IA presta a los profesionales sanitarios una ayuda inestimable, procesando grandes cantidades de datos para facilitar la toma de decisiones.

Siempre teniendo en cuenta que, en último término, la decisión invariablemente la tomará el médico, no la máquina”, advierte María Luaces, codirectora de la Unidad de Innovación del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.

Esta alianza entre la tecnología y los médicos e investigadores se ha hecho patente

Por ejemplo, durante la pandemia de Covid-19: “Se han desarrollado algoritmos que ayudan a diagnósticos de patología pulmonar en base a la imagen radiológica del paciente, aumentando la eficiencia de la atención en momentos críticos”, precisa Enrique Palau, director de desarrollo de negocio en salud de Atos Iberia.

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