El informe anual Startup Genome destaca la inversión en ‘edtech’, ciencias y ‘blockchain’ de la ciudad norteamericana, llamada a suceder a Silicon Valley.
Hace solo un año, casi todo Estados Unidos estaba cerrado en plena pandemia, Florida, con gran polémica, comenzó a levantar restricciones. El clima, es cierto, jugaba a su favor. Mientras que California y Nueva York sentían cómo menguaba su población, en el sur de la península de Florida no cesaban de llegar nuevos vecinos.
Con ellos llegaron los inversores de capital riesgo, las startups y el talento técnico y creativo para empujar un ecosistema de innovación que ya estaba ahí pero le faltaba despegar. Así lo confirma Startup Genome, el informe mundial anual que ha puesto a Miami entre los 10 ecosistemas emergentes a nivel mundial. Le acompañan Barcelona, en la posición quinta, y Madrid en la octava.
América Latina, cada vez con más inversión y unicornios, consigue tres posiciones adicionales entre los 100 ecosistemas emergentes: Buenos Aires, Santiago-Valparaíso y Río de Janeiro. Ciudad de México y Bogotá ya estaban destacados.
Más de 17.000 millones de dólares
El caso de Miami es especialmente llamativo porque, aunque es el décimo emergente en términos generales, es el sexto en cuanto a valoración de su ecosistema, con 17.000 millones de dólares estimados.
La organización destaca la diversidad de la ciudad, así como su cercanía y gusto por los negocios. Además, aportan una clave financiera para su despertar: “Los cambios en impuestos federales vigentes desde 2017, han hecho de Florida un lugar más favorable”.
Softbank es uno de los actores principales. Sobre todo en cuanto a inversión se refiere. Además de tener Miami como su sede para invertir en América Latina, han lanzado un fondo de 100 millones de dólares para startups locales. Founders Fund, Atomic y General Catalyst son algunos de los grandes nombres que han abierto sede en la ciudad tropical.
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