El fin de la abundancia pensar desde la innovación para ser rentable

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‘Menos es peor’, esta es una de las premisas bajo las cuales se ha construido gran parte de la historia reciente del mundo industrial; sin embargo, los tiempos de abundancia global que soportaban esta idea han quedado atrás y ahora es necesario redefinir los modelos de producción y la oferta de valor de las compañías.

Esta es una de las conclusiones más decisivas que reporta el estudio Fjord Trends 2022

Desarrollado por el grupo de Accenture dedicado al análisis prospectivo y la construcción de escenarios futuros a través de la innovación estratégica.


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De acuerdo con el reporte, el contexto actual está enmarcado por la escasez en materias primas, trabajadores, canales de distribución e incluso una extrema precaución en las inversiones realizadas por los consumidores, derivadas de la incertidumbre que aún acompaña los mercados.

Sin embargo, entender esa noción de recursos limitados no tiene porque verse desde un enfoque negativo; por el contrario, es una invitación a replantear el concepto de abundancia, de modo que se pueda abrir la puerta a nuevas formas de explorar el balance entre rentabilidad y cuidado de los recursos en todos los frentes.

“Esperamos un creciente impulso hacia los ‘negocios regenerativos’, que sustituyan el modelo tradicional de ‘tomar, fabricar y desechar’, por un enfoque más circular. Eso podría incluir la exploración de nuevas prácticas, como precios dinámicos, microfábricas y producción hiperlocalizada. También es probable que el movimiento de ‘vuelta a lo natural’ gane popularidad en los próximos años. El objetivo es aumentar la resiliencia de nuestro planeta y de la sociedad para detener e invertir el deterioro medioambiental”, señala Natalia Silva, directora de Fjord Colombia.

Las compañías han entrado en una etapa de tensión entre las expectativas de conveniencia y sostenibilidad de los consumidores, versus los intereses de los accionistas. Al respecto, el primer punto de avance es separar la idea de innovación de la de ‘novedad’, entendiendo así que el consumidor no solo está esperando cosas nuevas (entre otras porque esto deriva en muchos casos una inversión adicional para adquirir más productos o servicios a cambio de otros perfectamente funcionales), sino que está esperando mejoras significativas en los procesos de producción, distribución y contacto, basadas en esa mirada regenerativa.

La idea de innovación se asocia ahora más que nunca a los escenarios y las formas en que se generan conexiones con los clientes.

“Gana el que conecte. Pero lograr conexiones reales, profundas y sentidas entre las marcas y los clientes supone mucho más que generar poderosas acciones de marketing, implica poner en consideración los sistemas que hasta ahora han dado forma a nuestra sociedad, pero que luego de lo vivido y enmarcado por el cambio climático, las migraciones, el déficit generacional y la revolución tecno-científica, como sucede en nuestro contexto actual, deriva en la necesidad de reenfocar prioridades para las compañías, analizando su modelo de negocio y explorando nuevas posibilidades de generar y capturar valor”, agrega Silva.

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