No es secreto que la industria del turismo es las que más ha sufrido en la actual pandemia. Afectada no solo por los cierres de frontera sino también por los inconvenientes para viajar que conllevan las medidas de mitigación o prevención de contagios.
Elementos que han forzado a muchos establecimientos a operar muy por debajo de su capacidad e inclusive bajo un esquema de perdidas. Todo esto con la esperanza que el segmento se reactive y se pueda regresar a la “normalidad” lo antes posible. Pero ¿Se podrá regresar a dicha normalidad en una industria como la del turismo? Y de ser posible, ¿Cuándo?
Estas preguntas para las que no tengo respuesta, y que creería que nadie la tiene, pintan un panorama sombrío para las empresas de turismo. No obstante, así como después de un terremoto existe la oportunidad de modernizar y crear una ciudad más humana durante el proceso de reconstrucción, me pregunto si la actual crisis del turismo podría ser una ventana de oportunidad para ver nuevos mercados.
Redefinir el tipo de turista que se busca atraer al país
En concreto me refiero a redefinir el tipo de turista que se busca atraer al país. Esto porque la actual estrategia del Instituto Guatemalteco de Turismo –INGUAT- se centra en posicionar a Guatemala como parte de la agenda del turista multidestino enfocada “en los segmentos de cultura, naturaleza, aventura, gastronomía, avistamiento de aves, idiomático, voluntariado, salud y bienestar”.
Así como reforzar al país como destino de bodas y lunas de miel. Estrategia que no se diferencia de lo que se ha venido haciendo ya en varios años.
En contraste me pregunto si para apoyar a la reactivación del turismo; así como el de ingresos derivados de este, no se debería de enfocar en personas con estadías más largas y cuyo consumo sea mas distendido.
Según el Perfil del Turista elabora por INGUAT en 2018 la estadía promedio del visitante es de 8 días, el 56% viaja solo y el 46% de los visitantes se comprenden entre las edades de 25 y 35 años con un gasto diario de US$121.98. Es decir, poco más de mil dólares por turista. Contrastemos estos elementos con un nuevo tipo de turista que se ha consolidado en tiempos de pandemia al aprovechar las ventajas del Work From Home. Me refiero a los nómadas digitales.
Nómada digital
Bajo el conceto de “traviajar”, el nómada digital tiene una estadía promedio de 3 a 6 meses en los destinos que considere atractivos; pero con conectividad suficiente para poder mantener su actividad económica. Este último elemento, el que pueda trabajar desde su lugar de “vacaciones”, es la principal razón que le permite no solo extender su periodo de visita sino también el incrementar su gasto mensual con un presupuesto promedio de US$1.800 adicional al costo de vida según A Brother Abroad.
Sin embargo, para que puedan considerar a Guatemala como un destino atractivo para “traviajar” es necesario romper los paradigmas que existen entorno a la conectividad y acceso a tecnologías en el país.
Esto para asegurar estadías más largar en hoteles hoy en día luchan por mantener una ocupación promedio. Por qué no ver a los nómadas digitales como un nuevo tipo de turista que no solo podría traer estabilidad a un sector inestable; sino que también como una forma de dinamizar la economía naranja guatemalteca con el know how que estos individuos podrían aportar.
Reconozco que realizar un cambio de estrategia institucional no será inmediato. Así como también reconozco que redireccionar la atención de los patrimonios culturales e históricos del país hacia elementos modernos no será bienvenido por todos. A pesar ello sí considero que actores individuales puedan encontrar en este artículo una pista para reorientas su público objetivo y alcanzar un nuevo segmento que les permita, de forma individual, reactivar sus operaciones.
