La Gratitud, S. A., conocida con su nombre comercial Alimentos SAM, tiene más de 40 años en el mercado de los condimentos y especias. Actualmente, genera 20 empleos directos y 150 indirectos. Surgió como un emprendimiento de Luis Arturo Argueta en 1978 en Quetzaltenango.
Con el liderazgo de Issa Argueta, Alimentos SAM ha posicionado sus productos en el mercado local y el nostálgico en Estados Unidos
¿Cómo se consolidó su emprendimiento?
– Iniciamos en el garaje de una casa en Quetzaltenango, y se logró que el producto llegará a las empresas del departamento que surtían a los restaurantes, cafeterías y hoteles. Hoy, 42 años después tenemos toda la infraestructura para seguir creciendo.
¿Hace cuánto llegan a los supermercados?
–Entramos a abstecer las cadenas de supermercados hace 30 años y con esto se posicionó la marca a nivel nacional. También estamos en tiendas de barrio, depósitos y abarroterías. En California, EE. UU., tenemos presencia con el empanizador clásico, y a finales de año esperamos completar el proceso para exportar a El Salvador y Costa Rica con Walmart.
¿De qué regiones adquieren sus materias primas?
– En nuestra cadena de valor hay mujeres agricultoras a pequeña escala de Quetzaltenango y Totonicapán y nos proveen de las hierbas frescas como la albahaca, cilantro y chiles que usamos para elaborar los productos. Hay otras que son importadas.
¿Cómo mantienen la preferencia de los clientes?
–Con la calidad. Nosotros mantenemos la fórmula original de hace 42 años y además innovamos en los productos. Hemos tenido consciencia de vender un producto en donde estamos dando sabor con salud.
¿Cómo llegaron al mercado estadounidense?
– Fue muy curioso porque no fuimos nosotros quienes llevamos el producto, sino que nos contaron que encontraban el empanizador en California. Lo ofrecían supermercados mexicanos y minimercados cerca de donde vivían los guatemaltecos. Supimos que distribuidores de productos nostálgicos en EE. UU. fueron quienes inicialmente llevaron la marca respondiendo a la demanda de guatemaltecos que buscan los sabores del país. Los distribuidores empezaron a ver quiénes lo producían y llegaron a nosotros. Esto se dio hace unos 25 años.
¿Cuántos productos tienen en catálogo?
– Tenemos seis, entre ellos: el empanizador clásico y el chapín. Este último formulado por mi hijo y está hecho a base de ingredientes de la cocina guatemalteca como el chile guaque, chile pasa y chile cobán. También tenemos consomé de pollo, sazón completa, sazonador y en un mes presentaremos un nuevo producto.
¿Cuáles han sido las innovaciones?
– Tenemos un empanizador gluten free que busca atender las necesidades del mercado y las tendencias saludables. Este empanizador además absorbe menos grasa. La mayoría de nuestros productos no contienen químicos. Somos una empresa de condimentos y una marca que usa ingredientes naturales.
¿Cuál es la visión para la empresa a corto plazo?
– La situación actual es difícil. El 2020 fue un año durísimo, pero en 2021 subió el grado de dificultad. Ahora tenemos el reto de las ventas y de estar vigentes en el mercado, y a la vez la falta de proveeduría de materias primas como el (cartón) corrugado que usamos para la entrega de productos. Estamos buscando oportunidades con nuevos productos, llegar a otros mercados internacionales y ampliar nuestra cadena de proveedores en países vecinos.
