“La industria de petróleo y gas en el mundo enfrentó el segundo año de un cuadro extremadamente adverso, que se inició con la abrupta caída de los precios de petróleo en el último trimestre de 2014, cuando el precio del barril salió de un nivel de US$100 a un valor inferior de US$ 35 al inicio de 2016. Más recientemente esos precios fluctúan entre un rango de US$ 45 y US$ 55 por barril. La industria tuvo que adaptarse a esa nueva realidad de precios por medio de la venta de activos y de la reducción de inversiones y costos. Un aspecto relevante de ese nuevo cuadro competitivo fue la consolidación de la llamada producción no convencional de petróleo y gas (shale y tight oil/gas), que presenta un cambio disruptivo en la manera de explorar y producir hidrocarburos e impone grandes desafíos a los participantes de la llamada producción convencional, entre los cuales está Petrobras.”
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