El fabricante de productos de gran consumo Unilever ha cerrado el año 2018 con una facturación de 50.982 millones de euros, lo que supone un descenso del 5,1% en comparación con el año anterior.
Esta caída responde a la devaluación de las monedas locales en varios mercados emergentes, como Argentina. Además, la multinacional anglo-holandesa también ha hecho mención al incremento del precio de las materias primas como otro factor que ha presionado a la baja la demanda de los consumidores.
No obstante, el beneficio neto atribuido de la compañía se ha disparado un 55,1% entre enero y diciembre del año pasado, hasta alcanzar los 9.389 millones de euros.
Por líneas de negocio, las ventas de productos de cuidado personal han caído un 0,3% interanual, hasta los 20.624 millones de euros, mientras que los alimentos han reducido la facturación un 9,9%, hasta los 20.227 millones de euros. Por su parte, el descenso del negocio del cuidado del hogar ha sido del 4,2%, hasta los 10.131 millones de euros.
En el análisis geográfico, la mayor caída ha sido para América, donde Unilever ha reducido sus ingresos un 8,6% (16.020 millones de euros), mientras que en Europa el descenso ha sido del 6,4% (12.094 millones de euros). En el resto de mercados, la multinacional contabilizó unos ingresos de 22.868 millones de euros, un 1,7% menos.
“2018 ha sido un año sólido para Unilever, con un buen crecimiento de volumen y una progresión de márgenes de alta calidad”, ha explicado el consejero delegado de la compañía, Alan Jope.
“Mirando al futuro, nuestra prioridad número uno será acelerar el crecimiento. Con tantas marcas con posiciones de liderazgo, tenemos oportunidades significativas para desarrollar nuestros mercados, así como para beneficiarnos de nuestro profundo alcance global y de nuestras marcas con objetivos específicos”, añade el CEO, quien espera que las condiciones del mercado en 2019 “sigan siendo difíciles”.
