La retención de talento es esencial en un mercado altamente competitivo y la complejidad de encontrar perfiles calificados. En este contexto, el proceso de incorporación de nuevos empleados, conocido como onboarding, desempeña un papel crucial en la retención de talento.
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Según una encuesta, el 20% de los millennials y la generación Z renunciaría a un nuevo trabajo en un mes si no cumple con las expectativas, y el 41% lo haría en dos a seis meses. Un informe de Charney & Associates Recruiting revela que las nuevas contrataciones con una experiencia de incorporación positiva tienen una satisfacción laboral 30 veces mayor.
Para abordar esta situación, las empresas pueden repensar sus procesos de incorporación o implementar uno para reducir la rotación y mejorar la experiencia del empleado.
¿Qué es el onboarding? Es un proceso integral que comienza desde el momento en que un nuevo empleado se une a una empresa y se extiende durante sus primeros días, semanas e incluso meses. Su objetivo es facilitar la adaptación del nuevo colaborador a la cultura de la organización, sus roles y responsabilidades, y proporcionar las herramientas y conocimientos necesarios para ser productivo desde el principio.
Elementos clave del onboarding:
Orientación a la empresa: Introduce al empleado a la historia, valores y cultura de la organización, presentando a colegas y proporcionando una visión general de la misión y visión de la empresa.
Formación y desarrollo: Proporciona la formación necesaria para llevar a cabo tareas de manera efectiva, incluyendo habilidades específicas del trabajo y comprensión de sistemas y procesos internos.
Integración en el equipo: Asigna tareas colaborativas y fomenta relaciones profesionales con colegas.
Evaluación y seguimiento: Realiza pruebas periódicas para asegurar que el nuevo empleado esté en el camino correcto y pueda enfrentar sus responsabilidades de manera eficiente.
Beneficios de un buen onboarding empresarial:
Retención de talento: Aumenta la probabilidad de que los nuevos empleados permanezcan en la empresa a largo plazo, reduciendo costos asociados a la rotación.
Mayor satisfacción del empleado: Los colaboradores que experimentan un onboarding positivo tienden a estar más satisfechos con su trabajo y su entorno laboral, contribuyendo a un ambiente más armonioso.
Aceleración de la productividad: Proporciona a los nuevos empleados la información y habilidades necesarias para ser productivos desde el primer día, mejorando la eficiencia operativa.
Fortalecimiento del compromiso y la lealtad: Los empleados que se sienten valorados desde el principio tienden a tener un mayor compromiso y lealtad hacia la empresa.
Desarrollo de habilidades y competencias: Proporciona capacitación y desarrollo, lo que contribuye al crecimiento y retención de talento.
Cultura de cuidado y apoyo: Demuestra preocupación por las necesidades de los empleados, fortaleciendo la cultura organizacional y el departamento de Recursos Humanos.
Ahorro de costos de rotación de personal: Reduce los costos a largo plazo asociados con la rotación de empleados.
Atracción de nuevos talentos de alta calidad: Las organizaciones con un onboarding efectivo atraen a candidatos de alta calidad.
Incremento de la eficiencia operativa: Los empleados bien entrenados son más efectivos en sus funciones, mejorando la eficiencia operativa.
Mejora de la imagen de la empresa: Facilita la atracción de talento y reclutamiento de candidatos de alta calidad.
Onboarding digital vs. onboarding presencial: sus diferencias:
El onboarding presencial implica interacción física directa, construyendo relaciones interpersonales sólidas y una inmersión más profunda en la cultura de la empresa.
El onboarding digital se basa en recursos en línea, ofreciendo flexibilidad en horarios y ubicación, adecuado para entornos laborales globales y remotos.
La elección entre ambos depende de las necesidades específicas de la organización y las circunstancias individuales de los empleados.
Conclusión:
El onboarding bien estructurado es esencial para una transición sin problemas, mayor satisfacción del empleado, aceleración de la productividad, compromiso y lealtad, desarrollo de habilidades, ahorro de costos, atracción de talento, eficiencia operativa y mejora de la imagen de la empresa. Es una inversión en el futuro de la organización que contribuye significativamente a la retención de talento.
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