Apoyar la estrategia de marketing con la gamificación se debe valorar distintas opciones para saber aplicarlas en el mejor momento.
La fidelización de los clientes debe ser una de las principales bases en cualquier estrategia empresarial, ya que un consumidor satisfecho con una marca nunca acabará en la competencia. En este sentido, varios estudios de marketing afirman que es 3,5 veces más fácil vender un producto o servicio a un cliente ya existente que a un cliente nuevo. La clave, por tanto, es lograr que el comprador se sienta cómodo y satisfecho en todo momento con la marca, pero ¿cómo lograrlo?
Uno de los caminos más sencillos, pero a la vez efectivo, es aplicar promociones dirigidas al consumidor con las que los clientes pasen un buen rato y se entretengan. Está demostrado que el cerebro humano tiende a aprender y retener mejor el conocimiento y las experiencias si éstas se han vivido desde una perspectiva lúdica o entretenida. Esta es la premisa sobre la que se basa la gamificación, es decir, usar técnicas del juego para aprender y retener información. Esta metodología nació en el campo de la formación, pero desde hace un tiempo, también se puede utilizar en las campañas de marketing, así como en promociones para elevar la experiencia del consumidor al máximo nivel.
Pero, del mismo modo que hay una gran variedad de juegos, también existen diferentes tipos de gamificación que pueden adaptarse, mejor o peor, dependiendo de cada marca y consumidor. Esto hace que, si se quiere apoyar la estrategia de marketing con la gamificación, se debe valorar distintas opciones y saber aplicarlas en el mejor momento. Para facilitar la decisión, es importante seguir 4 pasos esenciales para construir una buena estrategia de gamificación:
- Define bien los objetivos. La gamificación dentro del sector retail puede tener muchos fines además de incrementar las ventas, que suele ser el objetivo más asiduo. Con esta metodología, también se puede crear encuestas de satisfacción para conocer la opinión de los clientes, generar engagement con los compradores en redes sociales, etc.… Por ello, es necesario que antes de empezar con el plan de gamificación, se decida qué es lo que se quiere conseguir.
- Ofrece premios tentadores. La recompensa que se consiga será vital, ya que es lo que motivará a los clientes a participar en los juegos. En este sentido, se debe escoger el premio que resulte más interesante para el tipo de cliente con el objetivo de aumentar el éxito de la campaña. Los más comunes suelen ser descuentos o muestras de producto gratuito, pero también se pueden ofrecer regalos como el acceso a un programa de fidelización basado en puntos, o la posibilidad de disfrutar una experiencia exclusiva (por ejemplo, una marca de vinos puede ofrecer como regalo una cata para los ganadores en una bodega).
- Elige un juego sencillo, atractivo y acorde a los objetivos. La elección del juego para la estrategia de gamificación puede ser uno de los pasos más complicados, ya que existe una gran cantidad de opciones disponibles. Por ello, lo que resulta más adecuado es tener en cuenta siempre los objetivos para elegir el juego más acorde. Por ejemplo, los juegos de formulario ganador son ideales si se quiere recopilar las valoraciones de los clientes, mientras que las ruletas de la suerte con premios es una buena opción para dar a conocer nuevos productos.
- Recoge el feedback de los clientes y monitoriza los resultados. Los beneficios de una buena promoción con estas metodologías no tienen resultados inmediatos, si no a largo plazo, por lo que se debe ser paciente. Mientras se obtienen resultados, es importante el monitoreo diario del feedback de los clientes, lo que puede ayudar a reforzar o corregir aspectos durante la marcha. Y, una vez finalizada la campaña, es imprescindible monitorizar los resultados para saber qué es lo que ha funcionado y qué es lo que se debe mejorar de cara a futuras campañas.
