Para la FNE, esta práctica “podría indicar un ejercicio de poder de mercado por parte de los laboratorios en el canal retail, así como de la dificultad para arbitrar por parte de los agentes del mercado”
“Existen diferencias importantes en el precio al que los laboratorios venden sus productos a los distintos participantes de este mercado”, aseguró la Fiscalía Nacional Económica (FNE), luego de que Sofocar (Cruz Verde) le pidiera al Tribunal de Libre Competencia (TLC) que analizara si los laboratorios tenían algún trato perjudicial con ellos.
De acuerdo a una nota que publica ADN, un mismo producto se vende, en promedio, 89% más caro a las grandes cadenas farmacéuticas que a clientes del sector público. A lo anterior se suma que el sector institucional privado adquiere los medicamentos 62% más barato que las cadenas.
La FNE además descarta que las diferencias de precios se deban al volumen de adquisición de cada cliente. “De acuerdo a la metodología aplicada en el Estudio de Medicamentos FNE, de una muestra compuesta por los 3.000 productos comerciales más vendidos por los laboratorios entre 2015 y 2017, se observó que el efecto de la cantidad sobre el precio unitario era bajo, siendo en promedio un -0,027. Esto significa que si incrementa la cantidad de envases comprados en 1%, el precio por envase sólo disminuiría un 0,027%”, asegura.
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Paralelamente, la FNE advierte que esta diferencia “podría indicar un ejercicio de poder de mercado por parte de los laboratorios en el canal retail, así como de la dificultad para arbitrar por parte de los agentes del mercado”.
Incluso, la entidad concluye que la causa principal por la que los laboratorios tienen este poder se genera porque en las cadenas, los clientes evidencian preferencia por algunas marcas específicas, lo que hace incrementar el perfil insustituible de algunos remedios.
Lo anterior, dado que esta variable no está presente en el otro sector involucrado. “Esto tiene como resultado la obtención de precios mucho más competitivos. Por tanto, permiten un ahorro tanto para el Estado como para los prestadores privados”, argumenta la FNE.
“En definitiva, los laboratorios compiten por precio, antes que por marca o por algún otro atributo vinculado a la calidad del producto”, concluye.
