Estudios: Fuerte sacudida del COVID-19 al comercio minorista

El primer año de la pandemia ha dejado un panorama desolador en el comercio minorista, en particular en el ligado a la moda y el equipamiento personal. La caída de la facturación sin precedentes acumulada durante el 2020 y una pobre campaña de rebajas de enero ha puesto contra las cuerdas a una de cada cinco tiendas en Catalu­nya, que están a punto de desaparecer, revela la última encuesta sobre la salud del retail de la escuela universitaria Escodi, dirigida por el investigador Albert Vinyals.

Esta situación excepcional, con importantes restricciones a la actividad comercial y la mitad de la población en paro o afectada por un ERTE, ha acabado ya con un 3% de tiendas catalanas, que han cerrado de forma definitiva al no superar la crisis. Otro 2% ha iniciado los trámites para liquidar el negocio y un 14% más prevé hacerlo próximamente porque “no pueden resistir con las actuales condiciones”, señala Vinyals. Se trata sobre todo de tiendas de ropa y artículos para el hogar, un 91% de los cuales afirma haber perdido facturación y márgenes. El 40% de los comercios que tienen más de un establecimiento ha reducido su red de tiendas, dejando los locales de las calles vacíos.


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El Ayuntamiento de Barcelona intercede en el conflicto de los alquileres en los centros comerciales

Entre todos los sectores comerciales, el 69% de los negocios catalanes han registrado “importantes pérdidas en sus ventas”, destaca el informe, y solo el 23% las ha incrementado. Se trata básicamente de los negocios que se han considerado “esenciales”, como la alimentación o la electrónica, y que no se han visto afectados por las restricciones para contener la covid.

La encuesta concluye que ­apenas “una de cada cuatro empresas de comercio en Catalunya gozan de buena salud y que el ­resto se encuentra en una situación “delicada” y necesita “cambios estratégicos para poder tirar hacia delante”.

De las campañas de ventas con las que se esperaba salvar el 2020, solo ha resistido la de Navidad. “El black friday fue mal”, resalta Vinyals, con una mayor cantidad de negocios que bajaron su facturación. Coincidió con uno de los confinamientos perimetrales y el cierre de la restauración, lo que podría explicar el descenso de ventas. La campaña de Navidad funcionó “mejor de lo esperado”, afirma el autor del estudio, con ventas que superaron las del 2019, aunque ese año la temporada fue especialmente mala. Las rebajas de enero, sin embargo, han entrado en barrena. “Podemos decir que no existen y ya no tienen efecto”, desde el punto de vista comercial, avisa Vinyals.

La situación del retail es extremadamente compleja y en el sector hay un gran malestar por el ­nivel de ayudas públicas. Ayer,
el Ayuntamiento de Barcelona, a través del teniente de alcalde Jaume Collboni, tuvo que interceder en el conflicto entre decenas de empresas y los centros comer­ciales propiedad de URW. Coll­boni reclamó una rebaja de los ­alquileres comerciales mientras duren las restricciones.

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