Sqrups!, los súper con descuentos de hasta 80% arrasan en Madrid

Sqrups!

Las tiendas de alimentación con productos descatalogados y rebajados ya son un modelo de éxito. En dos años han multiplicado sus beneficios y su presencia en la capital por el alza de los precios

Carlos Mollar, de 21 años, trabaja como cajero en Sqrups!, un supermercado español con productos que tienen descuentos de hasta un 80%. Como suena. Un simple ejemplo. Al cruzar la puerta, una estantería blanca repleta de paquetes de Pringles grandes de color verde —las de cebolla y crema agria– da la bienvenida al cliente junto a su eslogan: “Precios imbatibles. Más por menos”. El famoso cilindro patatero cuesta 1,50 euros. En Mercadona, 2,39. En Carrefour, 2,69. Un tarro de mahonesa de la marca Hellmann’s, justo debajo de las patatas fritas, aquí vale 1,99 euros. En la competencia, 5,88. Un bote de nata de cocina de President sale a 25 céntimos. En el resto, a 1,89. Es el mismo producto, pero mucho más barato. Y se agotan sus existencias. Es el mercado, amigo. Y la inflación que azota a España.

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Para entender este fenómeno comercial que está arrasando en Madrid basta con mirar sus cifras: 11 nuevos establecimientos en el último año. O dicho de otra manera: cuatro han abierto desde finales de agosto. Hay usuarios de la red social TikTok que hasta han viralizado sus vídeos contando sus peripecias por la tienda: “Casi todo cuesta menos de un euro”, dice la usuaria PdePlanazos en un vídeo que acumula ya 2,3 millones de visitas. “Son las mejores ofertas que he visto nunca”, cuenta Nano en otro que alcanza las 80.000 visualizaciones.

¿Por qué son tan baratos estos supermercados? Para estos productos no hay un canal normal de venta. Las marcas buscan alternativas. Sobre todo con el consumo preferente, que no quiere decir caducidad. Si las grandes superficies los quitan, ahí entran estos locales. “Metemos diferenciales de hasta un 80% de descuento”, cuenta por teléfono el bilbaíno y director de la cadena, Raúl Espinosa, de 45 años. “No hacemos promoción de ninguna marca. Ni publicitamos en ningún sitio qué vendemos”. De los 71 locales que tiene este supermercado en España, 41 están repartidos por la capital. El resto se dispersa por la zona de Levante y Cataluña. Solo en 2022 facturaron 12 millones de euros. Y para este, según datos de la compañía, prevén cerca de 20.

Mollar, el cajero colombiano, corpulento, con rizos como tirabuzones, con su polo rojo estampado con marca de la cadena, sonríe continuamente a sus clientes. Hace unos meses que él mismo abre diariamente esta tienda de la avenida Ciudad de Barcelona de Madrid, a 10 minutos a pie del parque de El Retiro. Sqrups! ―nombre difícil de pronunciar y mucho más escribir a la primera― ha sido escogido por azar. “Se me ocurrió a mí”, dice Espinosa. “Queríamos algo que rompiera con todo. No tiene un significado de ningún tipo, aunque suene a un nombre como finlandés”.

— Siguiente, por favor.

Es Pilar Fernández, de 70 años, con unos enormes ojos azules. Fernández —amable, como el anuncio— conoce esta cadena desde hace poco más de un año. De hecho, asegura, iba también a otra tienda parecida de la capital a comprar estos productos. “Esto es pasearte y lo que pilles. Compré la horchata buena, de la Chufi, a 75 céntimos y vale casi dos euros en todos lados, también la ensaladilla de cangrejo, a 99 céntimos, y tres paquetes de jamón de york por un euro. Miro todo porque todo está caro”. No es la única.

La subida de los alimentos se ha disparado en el último año. De A Coruña hasta Almería y de Huelva hasta Girona. En la cima está el azúcar (44,2% más), seguido del aceite de oliva (38,8%), de las patatas (22,9%), del arroz (22%), de la mantequilla (17,9%) y de la leche entera (17,8%). Varios de los clientes consultados esta semana dicen que aquí el producto estrella es la leche de soja. De hecho, en otra tienda madrileña de la calle de Oca, un cartón de la marca Oatly costaba 10 céntimos en agosto, pese a que sobrepasa los dos euros en la competencia.

El secreto de estos supermercados es que no son un supermercado al uso. El ticket medio, según datos de Sqrups!, no pasa de seis euros. Es su modelo negocio, que mezcla papelería con productos que no son frescos. Es como un pasatiempo. Uno entra hoy y mañana, quizá, todo haya cambiado de golpe; donde había Pringles, ahora hay bolsitas de cacahuetes o cajas de yogures. Baratísimas. “La situación que hay de mercado, con una inflación a lo bestia, indica que la gente tiene que buscar alternativas”, cuenta Espinosa, el director. “Hemos aumentado salvajemente este año con un crecimiento del 30%”.

―¿El secreto?

— El tiempo.

@pdeplanazosLA tienda en la que casi todo cuesta menos de 1€ EN MADRID 😍 📍SQRUPS (varias localizaciones) #pdeplanazos #planesmadrid #sqrups #tiendabaratacentro #comprarenmadrid♬ sonido original – bzrp

Por normal general, si un producto sale de la fábrica tiene nueve meses de vida, pero las grandes superficies no suelen comprar un alimento que tenga menos tres. “Se curan en salud para no tener caducados”, explica. Y se retiran. El libre mercado de la competencia también provoca que haya mucho excedente de producción y cambios en el embalaje. Si de pronto una marca cambia el color o la forma del envase, inmediatamente desaparecen las que estaban a la venta en las grandes superficies. “Y nosotros lo compramos”, dice el director. “A mí me da igual que el envase sea verde o azul, nosotros los compramos y negociamos con los fabricantes los precios”. Lo mismo hacen con mercancías que se han quedado obsoletas. O con camiones que, por lo que sea, han volcado sus mercancías. En cifras: el 65% de lo que venden es alimentación seca, el 15% bebidas y refrigerados y, el resto, bazar, limpieza e higiene.

Sqrups! carece de productos frescos. Sí tiene la competencia, que también triunfa en tiempos de inflación. Carrefour, por ejemplo, sacó su filial Supeco en España en 2012 con productos similares a Sqrups!, y prevé llegar a las 200 tiendas en 2026. El fenómeno de los supermercados baratos está en alza. De hecho, este año Actión también abrió sus puertas en Madrid. Es de origen holandés. “Reponemos mañana, tarde y noche”, explicaba una cajera en un reportaje del HuffPost hace unos meses.

La gran competencia de Sqrups! es PrimaPrix, que también está creciendo como la espuma y, al contrario que las filiales de los grandes almacenes, se ubican en los barrios y no en los polígonos. Radicada en Luxemburgo, Primaprix rozó los 200 millones en ventas el pasado año. En 2022 creció un 41% más que 2021, según sus cuentas aportadas en el Registro Mercantil. Acumula ya más de 150 locales en España, 40 más que en 2020. Este periódico se ha puesto en contacto con la compañía, pero ha declinado participar en este reportaje.

En una tienda de la capital, ubicada a pocos minutos a pie de la otra de Sqrups!, el de la zona del Retiro, el aluvión de clientes ha sido incesante todas las tardes de esta semana. Su sitio es estratégico, justo a la salida de la boca de metro de Pacífico. Lo mismo sucede con otro de la calle de O´Donell. Al entrar, dos estantes de pan dan la bienvenida. El de chapata cuesta 20 céntimos. La barra gallega, 35. Los paquetes de macarrones de la marca Gallo se vendían a 1,10 euros; en Carrefour, a 1,47. “Yo solo vengo por el salmorejo Alvalle porque vale 1,65. Es flipante”, dice en la fila de la caja Sara Peñalva, de 25 años. En Carrefour, son 3,59. Muy cerca de Peñalva, mirando estanterías de tazas y productos del hogar, está Sergio Ruiz, de 48, que mientras sus hijos corretean por el supermercado, suelta: “Yo aquí les doy unos euros y se compran muchas cosas”.

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