El consejero delegado mundial de Restaurant Brands International (RBI), José Cil, considera que el grupo tiene margen para crecer con sus tres marcas en España y Portugal, hasta alcanzar 1.250 locales, por encima del millar que se marcaba como meta en 2018.
Así lo ha avanzado este jueves en su intervención en el Congreso de Hostelería organizado por la patronal del sector de gran consumo (Aecoc), en la que ha apuntado que la situación en el mercado español es «positiva» pese al impacto de la pandemia en el sector.
«No cambiaría nada de lo que comenté en 2018 -cuando participó en este mismo foro-, salvo que tendría que haber dicho que tenemos que llegar a 1.250 locales cuanto antes. Hay que empujar un poco más», ha explicado.
La división ibérica de RBI opera actualmente las enseñas Burger King (dispone cerca de 800 establecimientos en España), la cadena de cafeterías Tim Hortons y la de comida rápida especializada en pollo Popeyes.
«Tenemos muchas ganas de crecer en España y Portugal (…). En 2018 me quedé corto, hay una gran oportunidad para las tres marcas en la Península Ibérica», ha insistido Cil.
El consejero delegado del grupo (que cuenta con más de 27.000 establecimientos a escala global) ha incidido en cómo el envío a domicilio ha ganado peso en el segmento de la comida rápida este año, pero ha advertido de los «peligros» que entraña depender de las plataformas digitales de reparto (como Deliveroo, Just Eat (LON:JE), Glovo o Ubereats).
«Se habla mucho del impacto financiero que tiene para un restaurante trabajar con agregadores -en alusión a las tarifas que cobran por el reparto-, pero lo peor es perder el contacto con el cliente si pide por la plataforma y no por tus medios», ha remarcado.
Por este motivo, RBI está destinando «muchos recursos» a desarrollar el «delivery» a través de su propia página web y su aplicación («app»), para no perder así ese contacto y poder seguir interactuando con sus consumidores conociendo mejor sus gustos e intereses.
Cil también ha calificado de «gran oportunidad» el auge de las llamadas «cocinas ciegas» («Dark Kitchen»), desde donde se centralizan los pedidos para llevar a domicilio, y la compañía ya ha probado abrir instalaciones de este tipo en Brasil.
Preguntado por los cheques de estímulo entregados en Estados Unidos (por un valor de unos 1.400 dólares para la mayoría de los ciudadanos del país y que tienen por objetivo impulsar el consumo), el directivo ha apoyado la iniciativa y ha instado a España y otros países europeos a seguir ese mismo camino.
«Hemos visto cómo las empresas de nuestro sector y de la distribución notaron que marzo -cuando se recibieron esos cheques- fue un mes importante desde el punto de vista de las ventas porque había más dinero en la economía. Ha sido positivo», ha defendido.