La cosmética española moviliza 8.200 millones mediante los productos premium

Según publica lainformacion.com Las ventas de pintalabios crecen en países con una crisis de coste de vida más acuciada, como Alemania, mientras que en EEUU repunta el consumo de gama alta y el ‘low cost’ sufre el impacto de esta nueva ola.

El reinado del pintalabios ha empezado. El fin de las mascarillas y los tambores de recesión alentados por la alta inflación, la subida de tipos y la caída de la confianza adelantan a la cosmética de un nuevo cambio en el patrón de consumo de la población. Si con la irrupción de la pandemia tuvieron que focalizar su estrategia en la venta de productos para el cuidado de la piel y dejar de lado coloretes y sombras, el nuevo ciclo económico anticipa un consumo centrado en la vuelta del color y los pequeños productos, pero de más lujo, el llamado «lipstick effect». A falta de poder comprarse otros caprichos más caros, el gasto se mueve hacia pequeños placeres más asequibles, pero vistosos, como un labial de color rojo.


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La pandemia le arrebató el color a la cosmética y los tratamientos faciales se irguieron como la nueva tendencia de moda: si el trabajo era desde casa y al salir la mascarilla te cubría media cara ¿Qué sentido tenía maquillarse? Con la vuelta a la calle y a cara descubierta, la cosmética de color recuperó terreno. Ahora, ante los tambores de crisis, el negocio de 8.200 millones de euros en España se prepara para capitalizar el efecto pintalabios, que sostiene que, ante las recesiones, la población se decanta por artículos más vistosos y pequeños, como los labiales.

El efecto ya se está vislumbrando en países más apretados por la crisis del coste de vida. El periódico alemán Taggesspiegel recogía a principios de año que la venta de cosmética en Berlín había aumentado un 16% en 2022 y las ventas de pintalabios se incrementaron de seis millones de euros a 2021 a ocho millones de euros en 2022. El fenómeno también ha llegado a Estados Unidos, donde la cosmética premium incrementó sus ventas un 15% en 2022, según la consultora NPD Group.

El segmento de la cosmética premium fue el único que creció a doble dígito en la primera economía mundial. «A medida que la confianza del consumidor se reduce, las ventas de este tipo de artículos crecen«, señalaba la consultora, apuntando que justamente los artículos para labios fueron los que experimentaron una mejor evolución durante el pasado año. Las previsiones pasan por que este tipo de producto siga aumentando sus ventas durante 2023, volviendo al comportamiento del consumidor de antes de la pandemia.

Así que la cosmética se encuentra a las puertas de volver a las cifras de 2019, pero el patrón de consumo es otro y la caída de las mascarillas ha traído nuevos blockbusters al sector. Durante los diversos confinamientos, el uso de cosmética de color se desplomó y un 52% de los consumidores de cosmética afirmaron que no usaban este tipo de maquillaje, una cifra que repuntó ligeramente los dos años siguientes, hasta un 49% de los usuarios, según datos recogidos por Euromonitor.

 

Con el lento despertar de la industria, la consultora apunta que no es probable que el segmento de color recupere todo el terreno perdido los próximos años. Al calor del confinamiento ha crecido una nueva tendencia en el sector y la mayoría de los consumidores optan por un look natural. Este estilo tiene su origen en la cosmética coreana, que ha experimentado un boom en Occidente los últimos años, con marcas como Peach&Lily y Glow Recipe.

Uno de los gigantes de la industria, L’Oréal, ha registrado uno de sus mejores datos de crecimiento en su categoría de L’Oréal Luxe, con un alza del 24% en el primer semestre del ejercicio fiscal, sólo por detrás de la sección que agrupa marca de cuidado de la piel, que se disparó un 27,7%. En la presentación de resultados, el grupo francés subrayó que, tras dos años de pandemia, “los consumidores confirman su deseo de socializar y darse un capricho”.

Por su parte, la compañía estadounidense Coty, dueña de Rimmel London o Bourjois, aumentó un 20% la facturación de su línea Prestige, de cosmética premium, en el ejercicio de 2022, finalizado en junio del pasado año. El plan de crecimiento de la compañía para seguir por potenciar sus artículos de más lujo, mientras incrementa sus ventas en el área de cuidado de la piel.

El tercero de los grandes grupos de cosmética del mundo, la compañía estadounidense Estée Lauder, mantiene también previsiones optimistas sobre el crecimiento de la cosmética premium y prevé invertir en esta rama de su negocio “en este entorno complicado para seguir creciendo a largo plazo”, según apuntaba la compañía durante la presentación de los resultados del primer trimestre del ejercicio el pasado 3 de febrero. Sin embargo, la compañía anotó caída en las ventas de todas las divisiones de su negocio menos en el cuidado del cabello, golpeado por el aumento del Covid-19 en China y una caída del consumo del travel retail.

La cosmética remonta en España

Las distintas categorías de la cosmética no han alcanzado todavía los niveles de facturación anteriores a la pandemia, aunque las predicciones son optimistas, según los últimos datos publicados por la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa), que definió el ejercicio de 2021 como de «recuperación». En 2019, el último ejercicio antes del estallido de la pandemia en el país, la cosmética aumentó sus ingresos un 2,6%, hasta 8.460 millones de euros, aunque el coronavirus truncó el crecimiento del sector, que recortó su negocio un 9,6%, cayendo hasta 7.647 millones de euros.

El año siguiente, con un mayor nivel de apertura, las distintas categorías del sector siguieron sin alcanzar niveles prepandemia. El segmento que se quedó más cerca de recuperar los niveles de 2019 fue el de cuidado de la piel, con un crecimiento del 11,7%. Además, copó la mayor parte del negocio del sector, con un 32,5% del total de las ventas.

Por su parte, la cosmética de color experimentó uno de los mayores repuntes del mercado, despegando tras una baja base comparable en 2020. En concreto, el subsector de la cosmética creció un 22,1%. Con todo, el sector se quedó a las puertas de recuperar el negocio de 2019, tan solo un 3% por debajo.

En España, el sector está dominado por grupos como la catalana Puig que, aunque tiene en los perfumes el core business de su negocio, con marcas propias como Carolina Herrera, Jean Paul Gaultier y Nina Ricci, ha reforzado su presencia en la cosmética de color con la compra de Charlotte Tilbury. Con la operación, valorada en 1.500 millones de euros, la compañía dio un salto en su estrategia en el segmento de color y el cuidado de la piel

Junto al gigante catalán, España también es el mercado de origen de marcas de alto alcance internacional como Natura Bisee y start ups de rápido crecimiento como Freshly Cosmetics, fundada en 2016 y que en 2021 anotó un alza interanual de su facturación de hasta el 50%, alcanzando un negocio de 45 millones de euros.

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