KKR entrega Telepizza a los bonistas tras una depreciación de 232 millones

Santander e ICO no entran en el capital

  • El acuerdo supone la reducción de la deuda en torno a los 240 millones de euros
  • Los tenedores de los bonos senior toman el control de Food Delivery Brands
  • Los actuales accionistas inyectarán hasta 71 millones

KKR y sus socios (Artá Capital, Torreal, J Safra Group y Altamar) abandonan Telepizza. El fondo de capital privado estadounidense, que entró en la compañía por primera vez en 2015, ha cerrado el acuerdo de reestructuración financiera por el que entrega las llaves de la cadena de comida rápida a los bonistas tras registrar una depreciación de 232,2 millones de euros y sumar pérdidas por valor de 278 millones de euros.

Los términos finales de la reestructuración de deuda, cuyo acuerdo marco se firmó el pasado mes de enero, cuentan con el apoyo de un grupo de tenedores de los bonos senior garantizados, representativos del 80% de los bonistas. Según fuentes conocedoras de la operación, la solución negociada cuenta también con el respaldo de Santander, principal acreedor, pendiente aún de firmar el acuerdo. El siguiente paso será presentar el plan de reestructuración para solicitar su homologación judicial, prevista para finales de año.


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Según las fuentes consultadas, el consorcio inversor liderado por el private equity estadounidense se diluirá, tal y como avanzó elEconomista.es, cediendo el control del grupo a los actuales tenedores de la deuda senior de la compañía, entre los que figuran Oak Hill Advisors, Blantyre Capital Limited, H.I.G Capital, Fortress Investment Group y TREO. El resto de acreedores, entre los que destacan Banco Santander y el ICO, no han entrado de momento en el accionariado. Fuentes financieras próximas a la compañía indican a este diario que «no está decidido si tendrán acciones, warrants u otros instrumentos equivalentes pero que técnicamente, no sean acciones de Telepizza».

Quitas y amortizaciones

La reestructuración de deuda implica la capitalización de una parte significativa del pasivo de Food Delivery Brands, con una reducción de deuda cercana a los 240 millones de euros, aproximadamente el 50%, y una extensión de los plazos de amortización previstos hasta 2028, lo que permitirá ajustar el ratio de apalancamiento hasta cuatro veces ebtida.

Si bien todas las partes asumen una elevada quita, tanto bonistas como accionistas han alcanzado una solución negociada con Banco Santander para el tratamiento de su préstamo de 40 millones, concedido en 2020 y avalado por el ICO, garantizando así sus líneas de liquidez por 45 millones y otros casi 10 millones de factoring. A diferencia de Naviera Armas donde los bancos -Santander, CaixaBank y Sabadell- han abierto una guerra con los bonistas por una quita total, en el caso de Telepizza el banco español ha obtenido un tratamiento económico equivalente a los bonistas.

El acuerdo marco incluye, además, el apoyo financiero de los nuevos accionistas para garantizar la liquidez del grupo mientras se completa el proceso de reestructuración. Este soporte financiero se ha materializado ya en la aportación de nuevos fondos por valor de 31 millones de euros, que podrían ser ampliados hasta cerca de 60 millones al finalizar el proceso. A esta cifra se sumará una inyección de los actuales accionistas por valor de 11 millones de euros, una vez obtenida la homologación judicial correspondiente.

Extensión de plazos

En paralelo, los acreedores han acordado extender la suspensión temporal concedida el pasado 16 de enero sobre el pago de los intereses de los bonos senior, con vencimiento a esa fecha y al 17 de julio de 2023, ampliándolos hasta el 16 de octubre del 2023, así como una ampliación en los plazos para presentar los resultados de 2022 hasta julio de 2023.

Food Delivery Brands, que reorganizará su consejo tras la salida de KKR, apunta que el deterioro registrado tiene un carácter meramente contable y «no es representativo de la solidez ni de la evolución real y resistencia del negocio», cuyas ventas se situaron en 2022 por encima de los 1.300 millones de euros en el conjunto de la cadena a tipo de cambio constante, un 10,4% superiores a las de 2021.

Excluyendo el deterioro contable, el ebitda ajustado ascendió a 58 millones de euros, un 18% menos que en 2021, como consecuencia del efecto de la inflación en los márgenes del negocio. Food Delivery Brands, en cualquier caso, ha aplazado hasta junio la presentación de resultados del año pasado.

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