Diez medidas para fomentar el ahorro energético en las ciudades

sostenibilidad
  • Los núcleos urbanos tienen un papel fundamental en el cambio climático y el consumo de energía. El Gobierno de España acaba de poner en marcha una serie de medidas para paliarlo, pero aún hay muchas otras que ayudarían aún más a ahorrar y que son sencillas de llevar a cabo. Es el momento de ponerlas en marcha.

ras las repetidas olas de calor de los últimos meses -una de ellas la más dura de la historia documentada- y las amenazas de posible escasez de energía por las consecuencias de la invasión rusa en Ucrania, la sociedad ha comenzado a tomar aún más conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad y de las acciones a nivel individual para contribuir con el planeta de manera positiva.

Mientras las cifras salen a la luz y vemos si realmente el calor sofocante ha hecho mella en las conciencias humanas la sociedad, Europa especialmente, empieza a tomar medidas de ahorro energético en las ciudades. Porque estas pueden ser fundamentales para paliar los efectos del cambio climático, de la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania y de los altos precios de la energía. La mayoría de los países europeos están abogando por llevar a cabo restricciones en calefacción y aire acondicionado o apagar semáforos, escaparates y monumentos. 


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De acuerdo a datos de Naciones Unidas, la mitad de la población mundial vive en ciudades y las previsiones apuntan a que a mediados del siglo XXI este porcentaje se incremente hasta el 65%.

Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) planteados por Naciones Unidas es lograr ‘ciudades y comunidades sostenibles’ (ODS 11). A su vez, el comportamiento de las ciudades es clave en la mejora de la calidad del aire (relacionado con el ODS 3, sobre ‘salud y bienestar’) y en la mitigación del cambio climático (ODS 13, sobre la ‘acción por el clima’).

Por eso su papel es crucial. La actividad urbana es responsable del 70 % de las emisiones de dióxido de carbono y causante de los efectos perjudiciales para la salud provocados por sustancias contaminantes como partículas finas y dióxido de nitrógeno, que solo en Europa son responsables de medio millón de muertes prematuras al año. No hay duda de que debemos centrarnos en ellas para frenar el cambio climático.

En países como Brasil, por ejemplo, el coste de la electricidad ya es el segundo mayor gasto en los presupuestos municipales, superado solamente por el pago de las nóminas. Se estima que los 18 millones de puntos de iluminación pública distribuidos por el país representan el 3,24 por ciento del consumo total de electricidad en Brasil.

Las lámparas LED, para alumbrado público, tienen un gran impacto en la reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y en el consumo eléctrico, ya que pueden ser hasta un 60% más eficientes que la iluminación pública tradicional. Así que empezar por la iluminación es un buen comienzo.

La Red Española de Ciudades por el Clima es la sección de la FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias) formada por los gobiernos locales que están integrando en sus políticas la mitigación y adaptación al cambio climático. Desde su constitución, coordina e impulsa las políticas locales de lucha contra el cambio climático de las ciudades y pueblos españoles. La Red es un instrumento de apoyo técnico que ofrece herramientas para que los Gobiernos Locales alcancen sus objetivos. Asimismo, es el principal medio para trasladar los objetivos de la política nacional de cambio climático y gestión de la energía a la escala local. En los gobiernos de la red reside más del 60% de la población española.

Diez medidas para fomentar el ahorro energético en las ciudades

Así pueden reducir el consumo de energía las ciudades

Existen una serie de medidas para aumentar el ahorro energético en las ciudades, algunas de las cuales ya se han empezado a poner en marcha en España. Pero existen algunas más – recomendadas por la propia UE- que sería importante activar para conseguir que ese ahorro resulte realmente eficiente:

  1. Gestión de suministros térmicos y eléctricos. Basar el suministro energético en energías renovables y tecnologías bajas en carbono origina una reducción del uso de combustibles fósiles y, por tanto, un ahorro en el consumo.
  2. Gestión de compras con criterios de eficiencia energética.
  3. Gestión energética de las instalaciones de alumbrado público, edificios municipales y otras instalaciones de consumo energético. Implantar, por ejemplo, iluminación LED en las redes de alumbrado urbano proporciona un incremento del ahorro de energía.
  4. Coordinación de empresas externas a las que se le encomiende la gestión energética de sus instalaciones, empresas de servicios energéticos.
  5. Implantación y seguimiento de planes de movilidad urbana. Fomentar los desplazamientos a pie, en bicicleta, el transporte público y la micromovilidad. Reforzar la adopción de turismos, furgonetas, camiones y autobuses eléctricos y más eficientes.
  6. Incentivar las auditorías energéticas y la aplicación para evitar pérdidas de calor procedentes de procesos de alta temperatura, apoyando el abandono de la energía fósil.
  7. Reforzar los requisitos nacionales en materia de energía (y eficiencia en el uso de los recursos) de los edificios nuevos mediante los requisitos de los sistemas de calefacción e introduciendo normas de emisión cero.
  8. Fomentar la reducción de la velocidad durante la conducción.
  9. Reducir el precio del transporte público y del ferrocarril.
  10. Establecer días en los que no se pueda circular en coche.

España acaba de poner en marcha algunas medidas en los edificios que tengan usos administrativos (los de la Administración pública, oficinas, zonas de uso público, etcétera), comerciales (tiendas, grandes almacenes, supermercados, centros comerciales),  la hostelería y espacios culturales como cines, auditorios o centros de congresos, y a edificios relacionados con el transporte de personas. No afecta a los hogares.

El aire acondicionado no podrá ser inferior a los 27 grados y la calefacción, en invierno, superior a los 19 grados; la humedad relativa debe mantenerse entre el 30% y el 70%. A partir de las 22.00 horas, se deberán apagar los escaparates y el alumbrado de los edificios públicos que a esa hora estén desocupados.

Hay más. Para el 30 de septiembre, los edificios deberán contar con un sistema automático de cierre de las puertas que dan a la calle, para evitar que estén abiertas de par en par, algo común en grandes almacenes, tiendas o bares.

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