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All We Wear Group, dueña de Pepe Jeans gana 60%

Diseña la expansión intercontinental

  • Acelera la devolución de deuda a la banca con 50 millones ‘extra’ de lo previsto
  • Supera las expectativas comunicadas a los acreedores y alcanza unos ingresos de 594 millones
  • Señala el año 2024 como el de su gran expansión tras relanzar las tres marcas del grupo: Pepe Jeans, Hackett y Façonnable

Según publica eleconomista.es «Ya estamos en el lado bueno para los bancos». Así resume Marcella Wartenbergh, consejera delegada de All We Wear Group, el cambio dado por la compañía en el último año. El dueño de Pepe Jeans arrastraba problemas con la deuda desde 2019 y la pandemia apuntilló su situación. Tras un plan de ajuste y la renegociación de los pasivos, la compañía pudo volver a crecer. Relanzó sus marcas y en la campaña 2022/2023 incrementó un 30% las ventas y un 60% su Ebitda. Con la pandemia en el olvido, prepara ya las siguientes etapas de su crecimiento: primero Europa y después Estados Unidos.

La organización; que agrupa las enseñas Pepe Jeans, Hackett y Façonnable; presentó a mediados de abril sus resultados de la campaña 2022/2023 -de abril a marzo- a la banca. Wartenbergh pudo celebrar una facturación de 594 millones de euros, frente a 450 millones de la campaña 2021/2022, y un Ebitda de 57,4 millones, por los 37 millones del curso precedente.


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La dirigente se sienta con elEconomista.es en el marco del World Retail Congress celebrado la pasada semana en Barcelona y se muestra muy optimista con el futuro de la compañía tras batir los objetivos fijados antes del inicio del ejercicio. Esperaban unas ventas de 530 millones y un Ebitda ligeramente superior a los 50 millones.

La firma logró estas cifras tras abordar un proceso de transformación que comenzó por el grupo en sí y siguió con cada una de las marcas. Hoy, tanto Pepe Jeans como Hackett ya son rentables y Façonnable dejó de perder dinero, asegura la directiva.

Con Pepe Jeans, el principal sostén del conglomerado, la renovación se inició hace siete meses con el fichaje de Paola Maestro como directora de producto y se ha buscado de nuevo vincularse a las celebrities en las campañas de marketing. El foco inicial del crecimiento es Francia y Alemania, con acuerdos cerrados recientemente. Mientras, Hackett transformó desde las tiendas hasta el logo. «Y los resultados ya se comienzan a ver», señala. Por último, Façonnable pasó por un proceso de adelgazamiento y poco tiene que ver hoy con la marca que fue hace dos décadas. Este 2023 será el de volver a expandirse. Principalmente por España, Portugal, Francia y Bélgica.

«Seguimos evolucionando y creciendo en Europa, pero el siguiente paso sería Estados Unidos»

A la par que hacer crecer el e-commerce –hoy ronda el 28% de las ventas-, la firma aspira a abrir alrededor de 30 tiendas en los próximos dos años, principalmente de Hackett y Façonnable. Este año por el momento en Europa, que representa alrededor del 80% de la facturación. Sin embargo, Wartenbergh tiene la ambición de «volver a crecer en Medio Oriente, Latinoamérica y Estados Unidos» para la campaña 2024.

«Seguimos evolucionando y creciendo en Europa, pero el siguiente paso sería Estados Unidos», señala. La empresa ya trabaja en las colecciones de 2024 y estudia la mejor manera para su expansión intercontinental. «Probablemente será a través de partners, ya sea con licencias o acuerdos de distribución», detalla.

En paralelo a la gestión del negocio, All We Wear Group también se focalizó en la gestión de su deuda. La empresa tuvo que renegociar su pasivo con la banca en 2019 y con la pandemia solicitó un crédito de 50 millones avalado por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) que obligó a poner 30 millones a los accionistas.

«Veremos qué sucede si se presenta una buena oportunidad, pero por el momento no la estamos buscando»

No obstante, la buena campaña motivó que la firma afrontase de manera anticipada el pago de 50 millones de euros. «Ya estamos en unas ratios muy interesantes», celebra la dirigente. De este modo, la cifra de deuda está por debajo los 200 millones y está en manos de acreedores como Caixabank, BBVA y Banco Santander.

Al frente de la compañía siguen el fondo libanés M1 y de L Catterton, el brazo inversor del gigante LVMH, que durante la pandemia inyectaron más capital. A pesar de llevar ya ocho años en el accionariado, Wartenbergh no ve cercana una venta. «Están muy contentos con los resultados, ven que la empresa está cambiando y que la transformación da resultados. También la pandemia provocó que no se acelerasen», explica.

En la naturaleza de este tipo de inversores está la compra y la venta de sus participadas, aunque ahora no exista ningún proceso activo. «Veremos qué sucede si se presenta una buena oportunidad, pero por el momento no la estamos buscando», asegura.

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