Indiferentemente de que los precios de sus productos hayan subido o no, la venta directa cobra dinamismo y ya considera ser uno de los sectores empresariales que saborean una real reactivación.
Los clientes que están acostumbrados a utilizar determinada marca retoman de a poco sus compras, pese a que en el mercado se evidencian incrementos de valores que van entre 1 dólar hasta 10 dólares, dependiendo de la empresa, marca y el artículo, dijo a EXPRESO Grace Henriques, una promotora que por 15 años se ha dedicado a la venta directa por catálogos, junto a sus hermanas. Mostrando uno de ellos, cuenta que, por ejemplo, hay bases que cuestan entre $ 3,99 a $ 15; lápiz de labio de $ 2,99 a $ 7; rímel desde $ 5,98; los perfumes van desde $ 25. “Estamos nuevamente llegando a las metas de facturación. En una de las empresas para la que trabajo llegamos a hacer $ 70 por cada 20 días”, agregó Henriques.
Otra vendedora por catálogo aseguró que sus productos no han subido de precio. “Vendo zapatos y el mercado se reanimó a partir de que el trabajo volvió a ser presencial”, destacó Mónica de Saavedra
En efecto, las cifras también dan testimonio de que el sector ha entrado en pleno auge de reactivación. “La factura del año pasado fue de 400 millones de dólares, hay un incremento leve en relación al 2019. Pero ya son cifras positivas, porque en los meses más críticos del 2020 las ventas de maquillaje y fragancias se desplomaron en un 70 %”, dijo a Diario EXPRESO María Fernanda León, directora ejecutiva de la Asociación Ecuatoriana de Venta Directa (AEVD) y de Procosméticos. El dinamismo es tal que para este año se aspira a un crecimiento en un 2 % más, según León.
La líder gremial señaló que la oferta de este sector no solo se centra en ofrecer maquillaje. Aunque este significa el 40 % del total de las categorías, en los últimos años también ha venido creciendo la promoción de zapatos, lencería, ropa, suplementos nutricionales, artículos para casas, etc.
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Imagen de portada cortesía de Expreso