Según la publicación del portal El Universal
Los sueños futuristas del retail ya aparecen en el streaming shopping y genera conversiones de 20% a 40% mientras en el ecommerce tradicional se ubicaban en 1.5%.
Esto es lo que aparecerá en el futuro:
Un considerable aumento aparentemente del comercio electrónico asociado a sofisticados análisis de clientes, sonidos y olores personalizados, maniquíes digitales que «conocen» las preferencias de sus clientes, entre muchos otros, son solo algunos de los elementos que darán forma a la experiencia de compra en los próximos años.
El mundo de «phygital» llegó para quedarse. No hay un mundo físico o digital en el comercio minorista, sino uno completamente conectado.
El tráfico en las tiendas físicas (offline), disminuirá de forma permanente. A medida que se afianza el comercio electrónico, una parte de los clientes de tiendas físicas no regresará a ella o no con la misma frecuencia. Por lo tanto, ser capaz de maximizar el valor de cada viaje va a ser muy importante y allí la omnicanalidad jugará un rol trascendental.
Para un cliente que ingresará a una tienda en 2030, sus amigos y familiares se integrarán junto a él, de alguna manera, en ese establecimiento. Gran parte de la inversión en recursos, tanto de capital humano como de gastos de capital en dólares, tenderá a alejarse de la apertura de nuevas tiendas físicas y se enfocará en los departamentos de marketing y tecnología de las compañías.
A partir de este momento convendrá destinar los esfuerzos en movilizar al ecommerce convencional, y sumarse a la revolución del streaming shopping.
Si en este momento más del 40% de los cosméticos y productos de marcas deportivas se venden en línea, dentro de diez años, ciertas categorías de productos tendrán como canal principal la venta online e incluso sólo existirán islas insignia, para «showrooming» en el comercio minorista físico.
Se prevé que las compras serán altamente personalizadas, como si los vendedores en el establecimiento nos conocieran tan bien como nuestros amigos cercanos y asumirán incluso el rol de estilistas personales. La buena noticia es que no será necesario esperar tanto: la versión 1.5 del streaming shopping ya consigue esto.
Se asume que, en un futuro cercano, se verán muchas más experiencias en la tienda para ayudar a interactuar con el producto, tocarlo y conocerlo. Y al comprar el producto no sólo podrá recibirlo en las cajas de salida o en el piso de ventas, sino en la trastienda, el automóvil o en la puerta de la casa.
A medida que los clientes se acostumbran a comprar en línea, la pregunta relevante es ¿qué los hará venir a la tienda? ¿Cómo impulsar el compromiso con la marca, convertirlo en una experiencia divertida y eliminar toda la fricción en esa experiencia?
Más aún: ¿Cuáles son los diferentes ejes de la creación de experiencia? ¿Cuál va a ser tu propuesta de valor? ¿Cuál será la base de su diferenciación que será la verdadera razón por la que los consumidores serán leales o no? La suerte está echada. Y el camino del streaming shopping se vuelve minuto a minuto más relevante.