La digitalización ha llegado para quedarse. Y las ofertas a través de internet también lo han hecho. Si bien lo que se llevaba en los años 90 y principios de los 2000 era lo de acumular cupones en casa al estilo americano para acceder a descuentos en determinados productos mientras se coleccionaban en casa folletos de los diferentes supermercados, la generalización de los teléfonos inteligentes ha traído consigo una revolución digital que desde hace tiempo explotan, por ejemplo, las cadenas de comida rápida, pero en la que ahora también se han fijado los grandes supermercados: las aplicaciones móviles. Lidl ha sido la última gran marca en lanzar al mercado un programa propio que permite al cliente acceder a ofertas y descuentos. Pero los alemanes no son los primeros en hacerlos. Otros supermercados como el MasyMas, el Carrefour o el Día (nuevos dueños de la cadena El Árbol), llevan meses explotando este mercado.
Leer más: eCommerce: cómo sacar el mayor provecho de El Buen Fin.
Para las marcas el objetivo está claro: meterse en tu móvil y generar una dependencia. Algunos incluso llegan a aplicar descuentos selectivos: obligan al usuario a darse de alta en un programa de fidelización y controlan todos sus gustos y procesos de compra de tal manera que le pueden ofrecer ofertas que saben que a esa persona le van a interesar.
Las aplicaciones sirven además para que el cliente pueda consultar el folleto sin necesidad de que el supermercado se lo deje en el buzón y permiten a la empresa mandar notificacionesque no son más que publicidad a la carta en la pantalla que más veces miramos a lo largo del día. Pero sus ventajas no acaban ahí. También tienen que ver con el ahorro de papel.
Para un gran supermercado el hecho de poder dejar de imprimir cada día cientos de miles de tickets y cupones descuento supone un importante ahorro en sus cuentas. Si a ello le sumamos que la generalización de las aplicaciones podría en un futuro acabar con el buzoneo de los tradicionales folletos de ofertas (cada vez vamos más hacia unas ofertas personalizadas por lo que este tipo de publicidad no tendría sentido), llegamos a la conclusión de que las aplicaciones son más que rentables para estas empresas.
La gratuidad a la hora de registrarse y las grandes ventajas que se ofrecen a cambio hacen además que los supermercados ganen cada vez más clientes que quedarán “archivados” para cuando se generalice de forma total y completa la venta a domicilio.
