Dos pequeñas costarricenses (De 11 y 13 años de edad) se decidieron a emprender en medio de los confinamientos generados por el COVID-19.
Con el apoyo de sus padres y familiares este emprendimiento, bajo el nombre de “Happy Box”, que sigue en expansión.
“Nosotras, con la guía de nuestros padres y ayuda de nuestro hermanito menor, colaboramos todos para montar cada cajita. Desde que escogemos los elementos que vamos a incluir, lo hacemos con mucho cariño y minucioso cuidado en los detalles, eso se ve reflejado en cada regalo que entregamos”, indica María Isabel Chavez, socia de la empresa.
Su idea de negocio es crear cajas personalizadas para toda ocasión. Ellas ayudan a quien quiere a armar un regalo personalizado y le ponen el toque al empacado para hacer más único ese detalle.
“Nos encanta ver la sonrisa en la cara de las personas cuando reciben una Happy Box y nos emociona mucho saber que, lo que empezó como una idea, está llegando a grandes empresas”, agregan sus fundadoras.
En el año que llevan en funcionamiento han entregado unas 3.000 cajas.
Con su emprendimiento ayudan a otros que elaboran su materia prima y son representantes de una marca estadounidense de snacks, lo que lo hace más especial.
Para conocer más de ellas puedes ingresar a su sitio web https://www.happyboxcr.com/
