Grupo Gilinski se quedaría con el grupo el Corral

Nutresa, uno de los jugadores más importantes en el sector de alimentos del país,  propietaria de la cadena de comidas El Corral,  a través de su unida de Alimentos al Consumidor está en medio de una Oferta Pública de Acciones (OPA) para atraer a un nuevo inversionista, el cual se quedaría con la participación mayoritaria, teniendo en cuenta que podría adquirir hasta el 62,62 % de las acciones.

El Grupo Gilinski, a través de la empresa Nugil, es uno de los interesados en la adquisición de la que sería una billonaria transacción alrededor de la compañía de alimentos, la cual está valorada en $ 13,6 billones.


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Hay que recordar que Nutresa había adquirido en 2014 a las firmas IRCC (Hamburguesas del Corral)  L&C (Leños & Carbón), y PJ COL (Papa Johns) a los empresarios Pablo Emilio Bueno y Guillermo Calderón quienes habían fundado la cadena en 1983 en un local al frente de la Universidad Javeriana.

De acuerdo con el Mapa del Retail 2021, realizado por Mall & Retail, Nutresa Alimentos al Consumidor propietaria de la marca Hamburguesas El Corral tuvo unos  ingresos el año anterior de $ 327.288 millones con una disminución del 22,8% siendo la primera marca en Hamburguesas  y la tercera en el sector de restaurantes después de Frisby y Crepes & Waffles. Sin embargo si  se le suma las ventas de Leños & Carbón, y Papa Johns, Nutresa, es el primer grupo de restaurantes del país con unos ingresos de $ 454.045 millones. La unidad de Alimentos al Consumidor participa tan solo con el 7,7% de las ventas totales de Nutresa.

Las ventas de Nutresa en 2020 ascendieron a los $ 11.1 billones con un crecimiento del 11,7% en sus 8 unidades de negocios: Galletería, cárnico chocolates,  café, alimentos al consumidor, helados, pastas y TMLUC, siendo una de las empresas más emblemáticas del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA) que nació de la fusión de tradicionales empresas tales como  Zenu, Compañía Nacional de Chocolates, Compañía de Galletas Noel, Colcafé, Productos Alimenticios Doria, Crem Helado entre otras.

Nutresa hace presencia directa en 14 países con 47 plantas de producción, mientras que lleva sus productos a 78 países de los cinco continentes. En su operación, le da empleo a 45.861 empleados.

En la composición accionaria de Nutresa involucra al Grupo de Inversiones Suramericana (35,25 %), al Grupo Argos (9,83 %) y a los fondos de pensiones Protección y Porvenir (6,31 %). El resto de los accionistas participan en la compañía con menos del 5%.

 

Por su parte el empresario Jaime Gilinski, líder del grupo interesado, figura entre los más ricos de la lista Forbes. Su fortuna sobrepasa los  US $3.700 millones. Como grupo empresarial ya tiene trayectoria en el sector de alimentos, a través de la marca Yupi. Además, cuentan con una amplia participación en el negocio financiero, con el Banco GNB Sudameris y el primer neobanco colombiano: Lulo Bank. De igual manera, adelantan el megaproyecto inmobiliario conocido como Panamá Pacífico y son dueños de Plásticos Rimax, Hoteles Four Seasons Colombia y la Revista semana.

 

Los problemas del pasado

Hay que recordar que  estos dos grupos empresariales tuvieron disputas anteriores en 1997, cuando se cerró el llamado “negocio del siglo”. Fue la compra del 51% del Banco de Colombia, que pertenecía a la familia Gilinski y, para aquel entonces, era el segundo entidad bancaria más grande del país. Esa transacción alcanzó los US$418 millones; una cifra realmente astronómica para la época.

 

El adquiriente era el Banco Industrial de Colombia (BIC), presidido por el antioqueño Jorge Londoño Saldarriaga, quien concretó el traspaso con Isaac y Jaime Gilinski, padre e hijo propietarios de la firma pretendida. Este movimiento dio paso a lo que hoy día es Bancolombia, pero una vez se cerró la negociación, hubo discordias y hasta un pleito jurídico de por medio.

 

El desacuerdo se originó porque el BIC había tomado un crédito por US$265 millones con JP Morgan para cancelar la totalidad de la transacción. No obstante, la familia Gilinski interpuso una demanda en la que pretendían una indemnización de US$200 millones, toda vez que –según argumentaron–, el pago nunca se realizó con el dinero del préstamo, sino que se le cargó a los accionistas de la naciente entidad. Es decir, la compra terminó pagándose con plata de quienes estaban vendiendo, lo que a juicio de los Gilisnki, era un movimiento irregular.

 

Todo esto derivó en una confrontación en derecho que finalmente concluyó sin ganadores ni perdedores. Pero ahora vuelven a encontrarse después de años, poniendo a la expectativa al país por tratarse de una añeja rivalidad entre la cúpula empresarial de Colombia.

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