Desafíos para cadenas de suministro colombianas

Desafíos para cadenas de suministro colombianas, los precios más altos y los desabastecimientos de productos hacen parte de situaciones que experimentamos con frecuencia en las tiendas minoristas colombianas debido a las interrupciones en la cadena de suministro, la inestabilidad geopolítica, la poca claridad en las rutas de acción de desarrollo político y el comportamiento oportunista. Marcus Thiell, Dr. rer. pol., Profesor Asociado de la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes realiza un análisis sobre el futuro de la cadena de suministro y las exigencias que se verán en el sector.

2023: Interrupciones, complejidad y cambios estructurales


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Los disturbios recientes a nivel nacional e internacional pueden dar lugar a nuevas interrupciones de la cadena de suministro en 2023. La interdependencia de las perturbaciones y las posibles interrupciones, así como la complejidad, los cambios estructurales y la dinámica de las cadenas de suministro, impiden pronosticar las consecuencias. No obstante, la influencia en el desempeño de la cadena de suministro en Colombia puede ser resultado de:

  • La guerra en Ucrania todavía causa, más allá de la tragedia humana, interrupciones y escasez en diversas cadenas de suministro, por ejemplo, petróleo, gas, transporte global, autopartes o trigo.

  • Los bloqueos relacionados con la COVID-19 en China afectarán la disponibilidad de productos, los tiempos de envío y el costo en las cadenas de suministro globales de productos.

  • La crisis energética en Europa aumentará los precios de las importaciones colombianas.

  • El conflicto de Taiwán, que pide a las empresas que se preparen para posibles interrupciones en esa región.

  • ‘La Niña’ impactará la cosecha en Colombia en calidad y cantidad, impactando los precios de los alimentos.

  • La legislación sobre sostenibilidad entrará en vigor a nivel internacional, exigiendo que las empresas informen sobre su huella de sostenibilidad en la cadena de suministro, en relación con aspectos como salarios, seguridad y protección en el trabajo o manejo ambientalmente racional de desechos.

  • La tecnología será una aliada de las empresas para competir con éxito. Sin embargo, la misma tecnología también se convertirá en un competidor fuerte de recursos humanos. En particular, la mano de obra poco calificada será sustituida por máquinas y análisis.

  • El sistema político provoca incertidumbre en la gestión de la cadena de suministro. Más allá de las preocupaciones relacionadas con los impuestos y otros proyectos de reforma, el posicionamiento geopolítico de Colombia actualmente tampoco respalda la planificación de los sistemas de seguridad.

  • La inflación, los impuestos y la devaluación afectarán el ingreso disponible y/o el comportamiento de compra en Colombia, aumentando la probabilidad de errores de pronóstico de la demanda que pueden resultar en un mayor inventario o desabastecimiento.

  • La respuesta por defecto para justificar los aumentos de precios es: ‘problemas en la cadena de suministro’. La falta de transparencia relacionada con las estructuras de costos aumenta el riesgo de comportamiento oportunista en las cadenas de suministro.

“Frente a escenarios de este tipo, las acciones a corto plazo de organizaciones y gobiernos bajo el concepto de “apagar incendios”, no serán una respuesta satisfactoria ya que esto podría generar un costo de oportunidad significativo en el transcurso del tiempo”, asegura Thiell.

Sostenibilidad en la cadena de suministro

Buscar la respuesta estratégica para los desafíos existentes y futuros en el proteccionismo no proporciona los incentivos adecuados para las organizaciones. En cambio, se debe alentar a las organizaciones locales a mejorar el valor neto de la oferta de mercado y la productividad de sus cadenas de suministro.

Este enfoque se centra en la definición de productividad para aumentar el valor del producto, por ejemplo, la sostenibilidad ambiental y social. La sostenibilidad no es un factor «cosmético» en las cadenas de suministro modernas. Los mercados internacionales lo demandarán cada vez más; y el incumplimiento de los requisitos correspondientes se convertirá en motivo de exclusión de la respectiva no consideración en las cadenas de suministro internacionales. El camino hacia más exportaciones necesita integrar la sustentabilidad.

Sin embargo, pasar de un «enfoque de costos» tradicional a un «enfoque de sostenibilidad» puede requerir tiempo e inversión y no debe pasar por alto las mejoras de calidad también necesarias de los productos colombianos que esperan los mercados nacionales e internacionales.

Nearshoring y reshoring: ¿un camino futuro?

Finalmente, el Nearshoring y reshoring -término que indica que la mayoría de los eslabones de la cadena de suministro estarán en la misma zona horaria, lo que facilita su gestión y crea flujos de trabajo más ágiles- se consideran otro camino futuro hacia cadenas de suministro más competitivas y crecimiento económico. En tal contexto, Colombia podría servir como destino de nearshoring para las Américas y reducir sus importaciones bajo el concepto de reshoring.

El Banco Interamericano de Desarrollo en un estudio reciente estima el potencial de nearshoring de Colombia en alrededor de 2.600 millones de USD, lo que incrementaría el PIB per cápita en alrededor de 50 USD. En este contexto, la propuesta ‘Hay que reindustrializar Colombia’ suena interesante. Pero su viabilidad debe evaluarse teniendo en cuenta dimensiones como el enfoque del producto, la ruta de desarrollo, el horizonte temporal, los requisitos de inversión y, por último, su impacto en el empleo, la importación y la exportación.

Reducir la dependencia de las importaciones globales y un aumento significativo de las exportaciones, no pueden lograrse de un día para otro. Lo anterior dado que Colombia, una economía afectada por la llamada ‘desindustrialización prematura’, puede no estar lista (más) para producir ciertos productos en la cantidad, calidad o precio esperado por las partes interesadas. La transición pasada, hacia una economía de servicios mientras se enfocaba en la exportación de materias primas, tuvo un impacto estructural significativo en la economía que puede ser difícil de revertir, incluso parcialmente.

Ambos enfoques representarían cambios estratégicos en el diseño y gestión de la cadena de suministro en Colombia. Y aunque a menudo se tratan por separado, tienen un aspecto importante en común: sin mejoras de productividad centradas en el valor, no se logrará un aumento significativo de la competitividad y la riqueza del país.

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