David Vélez: de trabajar de niño en cueros Vélez y Bosi a socio de Warren Buffett

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Uno de los hechos destacados de la semana es el anuncio por parte de la firma de inversión Berkshire Hathaway, del multimillonario estadounidense Warren Buffett de inyectar US$ 500 millones a Nubank, el banco del colombiano David Vélez. Hay que recordar que Forbes Colombia, ubicó a Vélez recientemente en su tradicional listado como la segunda persona más rica de Colombia, después del magnate Luis Carlos Sarmiento Angulo, fundador y dueño del Grupo Aval.

Leopoldo Vargas Brand Gerente de Mall & Retail, hace un análisis de la exitosa carrera de este joven emprendedor colombiano que tiene ya una “unicornio” (nombre de las start-ups valoradas en más de mil millones de dólares), que hoy en día es el banco digital más grande del mundo, que posee cerca de 40 millones de clientes en todo el mundo, en una cartera de servicios  que incluye, cuentas de ahorros digitales, tarjetas de crédito con cero costo de manejo, seguros de vida, préstamos personales, productos de inversión, pagos móviles y soluciones para pymes y cuyos lazos familiares están unidos a una de las familias más emprendedoras de la industria de retail en Colombia, fundadoras de Bosi y Cueros Velez entre muchas otras empresas.


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David nació el 2 de octubre de 1981 en Medellín, en el seno de una familia de emprendedores paisas. Sus tíos paternos (11 en total) son dueños de varias empresas  muy  reconocidas en la industria de los centros comerciales y el retail.

En primer lugar están sus tíos Clemencia, Javier y Luis Fernando Velez, dueños de Comercializadora Baldini, Alcántara Asociados y Artesa propietarias de la marca Bosi cuyas ventas en 2019 de acuerdo al Mapa de Retail ascendieron a $ 229 mil millones.

Por otra parte esta su otro tío, Juan Raul Velez, quien fundó Cueros Velez  otra empresa emblemática de marroquinería en Colombia cuyos ingresos en 2019, se situaron en los $ 508.316 millones.

En otra categoría del retail, dos de sus tíos Federico y José son los dueños de la marcas de ropa deportiva Enjoy y Safetti. Alfonso y Mauricio otros dos tíos, se han dedicado a los herrajes industriales con la marca Creatum.  Su papá también tenía una marroquinería llamada Multiherrajes. En la siguiente generación, Marcela su prima  creó la marca de carteras Malletier.

A pesar de sus raíces paisas, Vélez no se crio en Colombia. Su familia y él migraron a Costa Rica en los 90 cuando él tenía 9 años, en un periodo muy difícil del país por los problemas de narcotráfico y guerrilla.

En el país centroamericano terminó su bachillerato, y de ahí se trasladó a Estados Unidos para estudiar ingeniería en la Universidad de Stanford, de donde se graduó en 2005. Mientras realizaba un master en administración de empresas en la misma universidad, comenzó a trabajar con un fondo de tecnología global llamado Sequoia Capital, uno de los fondos más reconocidos en la industria de Silicon Valley, con inversiones en Apple, Youtube, Google, PayPal y Whatsapp.

Durante su carrera, también trabajó en las grandes ligas de la banca de inversión como analista en Goldman Sachs y después en Morgan Stanley, ambas son íconos de Wall Street.

En 2007 mientras trabajaba en Estados Unidos para un fondo de inversión llamado General Atlantic, lo enviaron a Brasil para montar allí la operación de la empresa y pudo experimentar de primera mano las dificultades de abrir una cuenta bancaria, pedir un préstamo o cerrar negocios por lo engorrosos que eran los trámites con el sector financiero de ese país.

La experiencia de servicio del sistema financiero brasilero era una verdadera pesadilla. Para ingresar a la sucursal, habían guardias de seguridad que recibían a los clientes armados, las puertas eran giratorias, los detectores de metales hacían que los clientes fueran considerados como un criminales, y lo único que querían era acceder a esos  servicios financieros y como si fuera poco cobraban unas tarifas abusivas, tasas de interés altísimas y un servicio al cliente pésimo.

Sin entender cómo los brasileños podían aguantar esas horribles experiencias bancarias, frustraciones y dolores de cabeza, David pensó que alguien debía crear una solución a ese problema. De esta incómoda experiencia, surge la idea de crear un banco 100% digital, sin sucursales, sin burocracia y sin tarifas abusivas, que ofreciera una experiencia simple, humana y transparente a sus clientes. Fue así como nació Nubank.

En el comienzo, las cosas no fueron fáciles. Todos le dijeron que estaba loco: que se enfrentaba a una de las industrias más poderosas y concentradas del mundo, que la regulación nunca permitiría la entrada de nuevos jugadores y, sobretodo, que un extranjero nunca podría triunfar en crear un banco en Brasil. Sin embargo, David no se rindió. Su experiencia en Silicon Valley le había enseñado que vale la pena invertir en el pequeño que desafía al gigante, ya que si bien el riesgo es grande, también lo es la oportunidad de cambiar radicalmente una industria.

Con esa convicción, David se dedicó a construir las bases de lo que hoy es Nubank. Sabía que había dos puntos centrales que garantizarían el éxito o el fracaso del proyecto: el equipo y el capital. Se dedicó, entonces, a buscar socios que compartieran su visión y con habilidades complementarias para fundar la compañía. Así fue como conoció a la brasileña Cristina Junqueira y el americano Edward Wible. También buscó el apoyo de inversores que entendieran el potencial de lo que una empresa como Nubank, podía lograr y recibió una inversión inicial de Sequoia Capital y Kaszek Ventures por 2 millones de dólares.

Con estas inversiones y el equipo completo, en una pequeña casa rentada en Rua Californa, en Sao Paulo, la magia comenzó. En mayo de 2013, el trío fundó Nubank e iniciaron operaciones el 1 de abril de 2014 con el lanzamiento de una tarjeta de crédito con cero cuota de manejo para un grupo reducido de amigos y familiares. Cinco meses después, lanzaron el producto al público.

A partir de ahí, Nubank alcanzó lo que muchos creían imposible. Vélez y su equipo se habían propuesto alcanzar el millón de clientes en 5 años, lo lograron en sólo dos. Recibieron varias rondas de inversión que le permitieron escalar sus operaciones y crecer rápidamente. Con el tiempo, robustecieron su cartera de productos con el lanzamiento de una cuenta digital de ahorros, servicios para emprendedores y pequeñas empresas, y adentrándose en el universo de los préstamos personales.

El proyecto de Vélez ha crecido tanto que es considerado el banco digital más grande del mundo y se metió entre las 10 empresas privadas más valoradas a nivel internacional. El banco está valorado en más de 25.000 millones de dólares. En Brasil, se convirtió en el segundo mayor emisor de tarjetas de crédito del país con más de 25 millones de clientes. Incluso, en 2020 Forbes calificó a Nubank como el mejor banco en Brasil, desplazando a otros gigantes del negocio como el Banco Itaú, Banco do Brasil y Bradesco.

Con la inyección de capital de US $ 500 millones  por parte de Berkshire Hathaway, empresa de origen textilero que ahora se dedica a inversiones y seguros, después de que Warren Buffett compró la mayoría de sus acciones en 1962. Nubank se centrarán en financiar su crecimiento en tres áreas clave: El primero será ampliar su oferta de productos mediante la introducción de nuevas soluciones a su cartera y mantener el ritmo de penetración de mercado. El segundo propósito está alineado con la intención de seguir atrayendo talento de clase mundial y el tercero será para su expansión internacional.

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