Cuatro hermanos de la familia Aljure Dorronsoro, propietarios de Dulces Aldor, están envueltos en un lío legal por el control de la fábrica vallecaucana.
Lo que está en juego es la estabilidad de una multimillonaria empresa familiar que fue constituida por Raij Aljure Nasser, un hábil emprendedor de orígenes libaneses y sirios, que llegó a Colombia para establecer su vida junto a su familia en la capital del Valle del Cauca.
La empresa, que es la fabricante de chupetas, gomitas, caramelos masticables y mentolados de gran recordación en el mercado nacional como Pin Pop, Yogueta, Trolli y Frunas, entre otros, factura al año más de 200.000 millones de pesos y exporta sus productos a 60 países del mundo, informó Noticias Uno.
Son la competencia directa de Colombina y el Grupo Nutresa en el país y la región.
Sin embargo, los hermanos están divididos y entre ellos existe un abismo legal que los enfrenta por el control de la compañía en la que cada uno cuenta con el mismo porcentaje de participación accionaria, agregó el noticiero.
Rafael Aljure, socio de Dulces Aljore y encargado de la producción industrial, manifestó a Noticias Uno que jamás imaginó que semejante situación fuera a minar el ambiente familiar.
“Éramos una familia muy unida; mi papá siempre nos reunió alrededor del trabajo; es inexplicable que hayan usado estos métodos de corrupción, amenazas, chantajes […] básicamente que si no renunciamos vamos a tener consecuencias penales”, manifestó Rafael al informativo.
Esos señalamientos surgen a partir de una denuncia instaurada en contra suya y de su hermano Leonardo, gerente de la compañía, por parte de sus hermanos Andrea y Francisco Aljure Dorronsoro, en donde los acusan de los delitos de fraude procesal y falsedad en documento público por presuntas inconsistencias en la firma de actas de accionistas.
Los denunciantes atribuyen la crisis a la “ausencia de un plan sucesoral luego del fallecimiento del gestor y padre de familia y la práctica adecuada de gobierno corporativo”, citó Noticias Uno.
