Colombia: Este tiempo necesita una negocio tecnológico para ser rentable

Lograr obtener utilidades tras poner en marcha un negocio es algo que suele tardar, al menos, un año. Sin embargo, el tiempo es relativo, pues varía según el tipo de negocio, el momento macroeconómico, el público objetivo y el lugar en el que opera, entre otros factores.

En el caso de las startups —emprendimientos de base tecnológica— el camino que deben recorrer para la rentabilidad, es decir, que sus pérdidas no sobrepasen sus ingresos, puede llegar a ser muy largo.


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Específicamente, está el caso de Twitter que, tras su creación en 2006, ganó dinero el año pasado, doce años después. Un factor detrás de esa tardanza está en el número de usuarios, que no ha crecido tanto como en otras redes sociales. Ha pasado de tener 284 millones al cierre de 2014 a 330 millones, según el reporte a julio de este año de We Are Social de HootSuite. Un bajo crecimiento comparado con WhatsApp, por ejemplo, que pasó de 600 millones de usuarios en 2014 a 1.600 millones.

No obstante, está el caso opuesto, como Yahoo, una compañía que tardó apenas tres años en obtener ganancias, tras su fundación en 1995. Así como Google, que tardó el mismo periodo de tiempo, tras su salida al mercado tecnológico en 1998. En los noventa la oferta de empresas de base tecnológica era tan novedosa, que se hacía muy atractiva tanto para inversionistas, como para consumidores.

La pregunta es ¿por qué si tardan tanto en ser rentables, no buscan financiamiento en la Bolsa? Algunas sí lo han hecho, pues cotizar como acción en la bolsa de valores es una de las opciones disponibles.

Sin embargo, gracias a la liquidez que brinda el capital riesgo, es decir, el capital emprendedor o venture capital (VC) que les inyectan fondos inversionistas a empresas que prometen ser exitosas, las startups tardan cada vez más en salir al mercado de valores.

Así como Twitter, también está el caso de Uber, que desde su lanzamiento, en 2009, no han conseguido ser rentables.

Uber, por ejemplo, apenas decidió salir a Bolsa de Nueva York en mayo de este año con una valoración cercana a los 76.000 millones de dólares y con una Oferta Pública Inicial (OPI), es decir, su primera venta de acciones, cada una a 50 dólares. Sin embargo, a la fecha, sigue reportando números rojos, una década después de su creación.

A principio de junio la empresa de transporte de pasajeros y comida presentó sus primeros resultados tras cotizar en la Bolsa y todavía sus pérdidas son protagonistas. Entre enero y marzo de este año perdió 1.012 millones de dólares, es decir, más del doble que las del mismo periodo de 2018.

Los números rojos de la empresa tienen que ver con una intensa guerra de precios con su rival estadounidense Lyft (otra app de transporte de pasajeros) y otras que han inundado el mercado como Beat, In-Driver, Picap (moto-taxi) y Cabify.

A lo largo de sus diez años, la startup ha recaudado 25.000 millones de dólares, entre capital privado y deuda, incluidos los cerca de 8.000 millones tras su salida a Bolsa en mayo.

Inversiones de fondos

Pese a que los negocios sean a veces poco rentables, esto no ha evitado que las startups hayan recaudado importantes sumas de dinero procedentes del capital riesgo. Una evidencia de que, al contrario de lo que se pueda imaginar, las pérdidas no asustan a los inversores. De hecho, que los emprendimientos de base tecnológica pierdan dinero en sus primeros años no debería sorprender a nadie. “Es algo que no solo es asumible sino que es esperado. Se trata de empresas que al principio hacen inversiones muy fuertes en tecnología, marketing y desarrollo de su plataforma”, señaló Alberto Gómez, director del VC Adara Ventures.

Uno de los factores que ha contribuido a que las compañías debuten cada vez más tarde en Bolsa y transcurran más años hasta lograr ganancias, es el flujo de dinero procedente del capital privado. Según datos de CB Insights, una firma de análisis que rastrea empresas emergentes, las inversiones de VC en EE. UU. alcanzaron los 99.5000 millones de dólares el año pasado, su nivel más alto desde el 2000.

“La inversión de capital privado es una modalidad para financiar startups en auge en la que se está viendo el flujo de mucho dinero”, aseguró Mariano Colmenar, economista y asesor de PMSAdvisory, compañía que asesora a empresas en su salida a los mercados de valores. “El mercado pre-OPI, es decir, antes de su salida a Bolsa, cada vez va a tener más razón de ser porque es donde se está ganando el dinero”, añadió.

Lo que los datos exponen es que el camino hacia la rentabilidad es cada vez más largo. “Cada compañía es un mundo y con necesidades particulares. No obstante, contar con inversores como Softbank o Rakuten, con un horizonte de inversión a largo plazo y que les proporcionan un buen colchón de liquidez, hace que exista menos presión para lograr resultados inmediatos”, añadió Colmenar.

Lo importante es tener una hoja de ruta clara. “Las pérdidas no son tan importantes si los inversores saben hacia dónde se dirige la empresa”, concluyó.

Como el caso del emprendimiento colombiano Rappi, que en 2016 sus ingresos alcanzaron los 6.048 millones de pesos, pero tuvo pérdidas por 19.226 millones y dos años después ganó 77.227 millones, un alza de 307 % frente a 2017. No obstante, las pérdidas se incrementaron hasta 156.014 millones con un alza del 176 %. En total, el acumulado en pérdidas desde que el emprendimiento está activo es de 238.000 millones de pesos.

A pesar de esta situación y de las recientes huelgas públicas de sus trabajadores que demandan mejores condiciones laborales, fondos de inversión han demostrado que están dispuestos a apoyar sus movimientos.

SoftBank, Tiger, Sequoia o Kleiner Perkins son algunos de los inversores que respaldan las tecnológicas que no cotizan en Bolsa, pero son las más valiosas del mundo, los llamados unicornios empresariales, como se conoce a las startups de más de 1.000 millones de dólares de valoración. Estos fondos financian empresas como Airbnb, Slack (una aplicación de comunicación colaborativa), WeWork, lista de la que también hace parte Rappi, compañía en la que SoftBank invirtió 1.000 millones de dólares este año.

Un ejemplo reciente

Hace cuatro años, Facebook adquirió WhatsApp por 22.000 millones de dólares, la mayor compra de una compañía privada respaldada por el capital riesgo. La operación dejó importantes ganancias para Sequoia Capital, una firma de capital de Silicon Valley —el lugar de California que ha originado varios emprendimientos tecnológicos— que vio crecer su inversión en WhatsApp de 60 millones hasta llegar a los 3.000 millones de dólares, gracias a esa transacción.

Esta ha sido una de las inversiones de éxito de Sequoia, uno de los fondos de capital riesgo que respalda en la actualidad una gran cantidad de unicornios. Por otro lado, la japonesa SoftBank hace dos años lanzó un megafondo de tecnología dotado con 100.000 millones de dólares. Uber, Slack, WeWork, Didi y Rappi se han beneficiado de estos recursos.

Antes de la salida de Uber a Bolsa, la cartera total de unicornios de Softbank alcanzó una valoración de 389.000 millones de dólares, según los datos de CB Insights. Tras el éxito de sus inversiones, la compañía ya anunció su intención de lanzar un segundo fondo por un importe similar.

Por su parte, Tiger Global Management y la china Tencent Holdings tienen en su portafolio alrededor de cuarenta unicornios.

Una métrica importante para determinar cómo los inversores detectan startups con el potencial de convertirse en unicornios, es saber con qué frecuencia han entrado en las primeras rondas de financiación. Si tienen éxito, estar desde los inicios de la compañía se traduce en cuantiosas ganancias cuando salen a Bolsa. CB Insights señala que 16 de los 18 unicornios que financia Y Combinator, han sido inversiones tempranas, SV Angel ha tenido 18 de las 23 empresas de alta valoración e IDG Capital, tiene 11 de 18 de sus unicornios.

Hasta la salida a Bolsa de Uber, el club de los unicornios estaba valorado en 1,1 billones de dólares. En total, CB Insights contabilizaba al cierre del primer trimestre del año más de 325 compañías que sumaban una recaudación conjunta de 271.000 millones de dólares. El año pasado, 119 compañías entraron en el ránking.

Finalmente, Jaime Humberto López, presidente de Asobolsa, aclaró que la rentabilidad no tiene que ver mucho con la Bolsa. “Un startup importante, que haya hecho un recorrido y decida cotizar en Bolsa con la finalidad de conseguir accionistas, llegará mucho más rápido al punto de equilibrio y la utilidad la va a obtener más rápido porque no tiene que pagar costos financieros”, destacó.

Es decir que si utiliza la Bolsa para emitir bonos de deuda, sigue siendo un alivio mayor que el crédito bancario, porque los bonos tienen unos plazos mayores y el servicio de la deuda se paga en más plazos. “Uno puede estructurar pagar intereses cada tres meses, cada dos, cada año, cada seis. Hay muchas más posibilidades a través de la Bolsa que de un crédito normal”, concluyó.

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