Con una producción promedio de 2.800 prendas al mes, la marca de vestidos de baño y ropa de playa colombiana Entreaguas ya logró llegar a mercados internacionales tales como Estados Unidos, España, Grecia, Emiratos Arabes, la isla de Martinica e, incluso, hasta Japón.
En total, las naciones en las que ahora se distribuyen productos de esta empresa son 14 y, según David Mejía, su gerente financiero, el 35% de las ventas se hacen con clientes en el exterior.
“Nosotros procuramos asistir a las ferias internacionales para diversificar el mercado. Hemos estado, por ejemplo, en Mouth City en París y en Swimshow en Miami, y año tras año hemos tenido una acogida más exitosa porque los compradores que nos vieron hace tres años, ahora ven que la empresa se ha fortalecido y se animan a hacer negocios”, comentó Natalia Botero, directora creativa de la empresa.
En cuanto a la linea de tiendas propias, la compañía actualmente cuenta con dos puntos en Medellín, uno en el centro histórico de Cartagena, otro en Tulum (México), y ayer hicieron el lanzamiento oficial de una tienda más en el Paseo La Cabrera de Bogotá.
“Abrir en Bogotá era el paso lógico, pero hace unos meses se presentó la oportunidad con un aliado en México y por eso montamos la tienda allá primero. Estamos seguros de que estando en la capital no solo podremos atraer a este mercado, sino a mujeres de otras ciudades del país”, señaló Botero.
Los ejecutivos consideraron que, a pesar de la corta edad de la empresa, que arrancó en el 2012, y del decrecimiento en el consumo que se evidenció en el último año en el sector textil, en su caso particular el repunte ha sido sostenido y calculan que para el cierre del 2018 va a ser del 100%, -con ingresos de más de $2.900 millones- frente a las ventas del 2017.
UNA MARCA QUE CRECE EN MEDIO DE LAS IMPORTACIONES
Para Natalia Botero, directora creativa de Entreaguas, las causas del crecimiento de la empresa son, por un lado, que sus productos son tejidos y teñidos a mano y, por el otro, que están dirigidos a un nicho de mercado que “está más informado”. “Cada vez está tomando más relevancia el hecho de ser transparentes, de contar quienes están detrás de los productos y en qué condiciones se fabrican las prendas. Cada vez entran más marcas importadas, hechas en China, pero somos más conscientes de qué compramos y cada día lo vamos a ser más”, comentó.
