Cafeteros esperan expandir los cultivos por buenos precios de 2021

Mientras otros sectores de la economía apenas se recuperan por la pandemia, los cafeteros colombianos sonríen al finalizar 2021: el precio aumentó más del doble respecto a comienzos de año, y esas utilidades prepararán la cosecha del 2022.

«La importancia del café en la economía colombiana vuelve y se retoma. Puede que no a los niveles de los [años] 70 y 80, pero sí a unos que son importantes para la generación de una economía dinámica», dijo Roberto Vélez, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), en la última rueda de prensa del año.


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La carga de 120 kilos de café colombiano pasó de valer 274 dólares en enero (al cambio actual), a 570 a comienzos de diciembre. Y el precio sigue por las nubes, como consecuencia de las heladas de Brasil y los problemas en las entregas de Vietnam.

Las dificultades en el primero y segundo productor mundial de café no son indiferentes para Colombia, el tercero en ese escalafón, y número uno, en cuanto a café suave arábigo se refiere.

El repunte en el precio y la devaluación del peso colombiano le han permitido al sector reclamar con fuerza su puesto en la economía colombiana, que había quedado en veremos hace unos años.

La prueba está en las exportaciones, que solían estar dominadas por el sector de hidrocarburos principalmente.

«Estamos produciendo casi 12 billones de pesos (3.087 millones de dólares) y somos el 10% de las exportaciones colombianas», agregó Vélez con orgullo.

De acuerdo con el Departamento Nacional de Estadística (DANE), entre enero y agosto de 2021 el café fue el tercer sector que más produjo utilidades por ventas externas, después del petróleo y sus derivados, y el carbón.

Los cafeteros están confiados en que su producto «va a empujar un punto porcentual el PIB (Producto Interno Bruto) colombiano», según declaraciones de Vélez.

Las proyecciones del líder gremial para el próximo año son, igualmente, optimistas. «El mundo sigue estando muy ajustado entre oferta y demanda, que uno podría pensar que los precios van a ser remunerativos para la caficultura, a los niveles de este año», aseveró.

Aunque las exportaciones se mantienen altas en cuanto al total del país, la producción cayó por las afectaciones climáticas. Concretamente, por las fuertes lluvias del fenómeno de La Niña.

En noviembre de este año, por ejemplo, la producción bajó un 22% interanual, con 1,1 millones de sacos de 60 kilos de café verde, frente a los 1,4 millones del mismo período de 2020.

Por eso, el llamado es a que, mientras los precios estén elevados, los productores «hagan las debidas inversiones, «desatrasen» su finca y guarden de aquí en adelante», insistió Vélez.

Y aprovechó para pedir a las más de 500.000 familias que viven de este cultivo en Colombia, para que inviertan en la renovación de cafetales.

Para Jenny Chaparro, caficultora desde hace 12 años del departamento del Casanare, el aumento de la utilidad, «que llega hasta un 40%», ha servido sobre todo, para motivación.

Eso lo que «genera es que como caficultores queramos seguir con el cultivo y obviamente, extenderlo», afirmó, en diálogo con Sputnik, desde su finca cultivada con café a la sombra, por encima de los 300 metros sobre el nivel del mar.

Además de las aspiraciones a nivel de producción (para lo cual reconoce que necesita asistencia técnica de la FNC), Chaparro espera igualmente «poder abarcar más mercados».

Pese al optimismo, los expertos aún no pronuncian la palabra «bonanza». En vez de ella, priorizan la de «rentabilidad», que en los últimos años había sido escasa.

«Lo que se ve es una dinámica de un producto que, a estos niveles, vuelve a ser rentable», reconoció Vélez.
A los cafeteros colombianos, la Navidad les llegó por adelantado.

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