¿Qué sucede cuando dormimos y por qué es tan importante cuidar de nuestro sueño?

padre e hijo

Estos últimos tiempos el estrés se ha propagado por la sociedad. La gente vive en ritmos acelerados y el tiempo parece nunca ser suficiente. Esto muchas veces significa sacrificar tiempo de sueño o, por efecto del mismo estrés, dormir menos, dormir mal. Estar tendidos en nuestras camas por horas sin poder conciliar el sueño.

El sueño de calidad es vital para el descanso del cuerpo y mente, la consolidación de la memoria y el rendimiento. Además del estrés hay varios factores externos o internos que pueden afectar. En lo externo nos referimos al ambiente en que estamos durmiendo, el ruido, la comodidad, la temperatura, etc. Para establecer el ambiente más adecuado a nosotros podemos tomar medidas como lo son, en el caso del ruido, el uso de tapones para los oídos. En cuanto a la comodidad, nos enfocamos principalmente en la cama. El tipo de colchón que estamos usando, la almohada o quizás el juego de sábanas. A su vez, la temperatura tiene mucha relación con las capas o cobertores que incluimos a nuestra cama, pero también, es ajustable en la ropa que usemos de pijama.


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Estas consideraciones permiten, al menos, controlar los factores externos y contribuir al buen dormir. Puede que nos convenga renovar o en su defecto adquirir nuevos productos este próximo cyberday.

¿Por qué tenemos que preocuparnos tanto  de cuidar nuestro sueño? El dormir es un proceso más complejo e importante de lo que muchos imaginan. Durante el sueño nuestro sistema se encuentra en un estado “off”, pero están sucediendo varios procesos.

Por una parte tenemos el descanso. La relajación permite que el sistema nervioso a cargo sea aquel que nos mantiene en calma y quietud, no aquel que nos alerta liberando todas estas sustancias como la adrenalina y noradrenalina. Estas son necesarias porque responden a todos los estímulos estresantes que experimentamos día a día. Todos los días necesitamos, en la vigilia, contar con este sistema de adaptación que nos prevenga accidentes o peligros que nos rodean constantemente.

Al dormir este sistema se apaga y nuestros órganos descansan. El corazón baja su frecuencia, se reducen los latidos. Los pulmones respiran más pausadamente. El cerebro no tiene que descifrar toda la información que recibe desde afuera a través de nuestro sentidos, ni tampoco resolver nuestros, a veces agotadores, pensamientos.

Por otra parte tenemos la generación y consolidación de memoria. El cerebro es el jefe del proceso. Se dice que este nunca descansa; después de todo, está encargado de hacernos soñar, ¿no es así? La verdad es que los sueños son el reflejo que explica que estamos consolidando nuestra memoria. Es decir, estamos guardando información y transformándola en recuerdos.  Lo que sucede es que los recuerdos generados durante el día, viajan a través de redes de neuronas hasta la corteza cerebral. La corteza cerebral es básicamente lo que se observa en el típico dibujo rosado de un cerebro. Esta corteza recibe las señales y trata de comprenderlas o interpretarlas; eso es, en parte, lo que soñaremos. El sueño nocturno es el que nos permite crear memoria, a diferencia del diurno, que funciona de otra manera.

Le atribuimos funciones muy importantes al buen dormir. La próxima vez que pensemos en quedarnos despiertos, preguntémonos qué estamos sacrificando realmente.