Los desconocidos ganadores de la venta de Blue Express

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La venta de Blue Express -empresa logística y de courier- será realizada al grupo Angelini en US$ 230 millones. En solo tres años, pandemia e inversiones mediante, su valor se multiplicó por cinco.

Según publicó latercera.com, el negocio de la semana será uno de los mejores negocios del año. No por su monto -ha habido otras operaciones más abultadas-, sino por sus retornos. Los socios vendedores multiplicaron por cinco su inversión. Y en solo tres años.


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La venta de Blue Express

Los propietarios del grupo Blue Express acordaron el lunes vender la empresa de courier y logística para el comercio electrónico al holding Copec, del grupo Angelini, en $ 221 mil millones, unos US$ 230 millones. Hace poco más de tres años, esos mismos inversionistas habían pagado cerca de un quinto de esa cifra para adquirir Blue Express al grupo Bethia, el holding dirigido por Carlos Heller. En total, los compradores colocaron un capital de $ 50 mil millones y tomaron deuda por un monto similar para activar la compañía, revelan personas que conocieron el negocio. Y Copec comprará Blue Express con esa deuda. Así, ganarán unos $ 170 mil millones.

Los fondos de inversión son vehículos que agrupan inversionistas para un mismo propósito. Los aportantes del negocio de Blue Express son en su mayoría desconocidos. Una pista la entregaba el gobierno corporativo de Blue Express, constituido en 2019, tras la compra. En su directorio, además de los gestores de los fondos de inversión, Altis y Kinza, se sentaron algunos de sus principales aportantes, los que harán ahora una ganancia fuera de todo registro.

Según documentos a los que accedió Pulso, en 2019 entraron tres empresarios que pusieron dineros para la compra de Blue Express: Víctor Hugo Puchi, el exdueño de AquaChile; Carlos Alberto Délano Méndez, hijo del socio del grupo Penta de igual nombre, y Javier Álvarez, un ingeniero químico de Concepción, socio de Buses Hualpén y el Sanatorio Alemán. Ellos tres están entre los más desconocidos ganadores del negocio. Al grupo se sumó como inversor Tomas Müller Sproat, uno de los fundadores de Altis.

El inicio

Todo partió en enero de 2019. El día 15 de ese mes, el holding Bethia, a través de Sotraser Limitada e Inversiones Betmin, vendió el control de Blue Express. Con ello, Carlos Heller abandonó un negocio que hasta entonces aparecía como complementario a su empresa de transportes Sotraser, cuya flota supera los 700 camiones de carga. Heller, a su vez, había comprado Blue Express a Lan Airlines en 2011. Entonces, pagó US$ 54 millones.

Los compradores de 2019 fueron dos sociedades, Inversiones Blue SpA., como gestora, y el fondo de inversión privado BX. A través de este último vehículo participaron los inversionistas.

Según registros oficiales, el fondo BX tenía 25 partícipes que pusieron los dineros para invertir. Pero los cuatro principales fueron las familias Délano, Álvarez, Puchi y Müller, las que tenían más del 10% de la propiedad indirecta de Blue Express cada una. Al cierre de 2020, el fondo tenía un patrimonio de US$ 48 millones, cifra que disminuyó a fines de 2021 a US$ 31 millones, según los reportes oficiales de Acafi, la asociación de fondos de inversión. Entre medio, dados sus altos retornos del negocio, los socios realizaron una disminución de capital en la que recuperaron ya parte de la inversión.

La apuesta por Blue Express fue una alianza entre dos equipos de gestión de private equity. Por un lado, estuvo Kinza Capital, una compañía formada en 2011 y que tiene tres socios, Andrés Fuentes, Patricio Fernández y Carlos Marín. La otra es Altis Principal Investments, el brazo de private equity del banco de inversión Altis, que fundó Tomas Müller y que encabezan su hijo Tomás Müller Beoint y Alejandro Puentes. Altis Principal Investments, eso sí, la dirige Jorge Inglesi, un ingeniero civil que trabajó antes en Quiñenco, The Boston Consulting Group, McKinsey y Deutsche Bank.

En el directorio de siete miembros de Blue Express formado en 2019 estaban tres representantes de los aportantes -Jorge Álvarez, Víctor Hugo Puchi y Carlos Alberto Délano-; dos de Kinza -Andrés Fuentes y Carlos Marín- y dos de Altis -Jorge Inglesi y Jorge Tagle-. Como nuevo gerente general sumaron a Olivier Paccot, ingeniero industrial de la UC que había trabajado un año en Amazon en Estados Unidos.

En 2020 llegó la pandemia. Y se dispararon el comercio electrónico, las entregas y el volumen de negocios. Javier Álvarez admite que aquella coyuntura fue un factor que benefició al emprendimiento. Pero son las dos caras de la moneda, agrega: a las empresas de courier la pandemia las benefició, pero a otras como Latam Airlines las arrastró casi a la quiebra. “No existen los negocios seguros. Todos los negocios tienen algún riesgo”, opina Álvarez. “Y aquí se armó un grupo de gestión bastante profesional”, justifica.

Víctor Hugo Puchi complementa la historia. “Era una gestión de levantar una compañía que tenía una capacidad ociosa en el delivery, algo que iba a tener una actividad creciente en Chile”, dice el empresario a Pulso. Puchi afirma que Blue Express se transformó en uno de los principales actores del mercado, casi a la par de Chilexpress, empresa que ha liderado el rubro y que controla Juan Eduardo Ibáñez.

Los nuevos dueños invirtieron en activos, en bodegas, centros de almacenamiento, y en algo clave: equipamiento tecnológico y softwares para manejar la distribución. Tras la pandemia, contrataron más personal y aumentaron la flota a más de 1.000 unidades. El comunicado que informó la venta resume las métricas actuales de Blue Express: 5.000 clientes, entre ellos grandes retailer y pequeños emprendedores; 33 millones de paquetes entregados en 2021; 8 millones de destinatarios finales, un hub de 120 mil metros cuadrados en Parque Enea y 1.000 puntos de entrega y retiro de paquetes.

La salida

Javier Álvarez cuenta que llegó al negocio por su vínculo con Kinza: junto a esa administradora, su familia adquirió en 2014 el Sanatorio Alemán en Concepción, que llegó a presidir. Su familia controla el 100% de Buses Hualpén, que presidió por 40 años, y Álvarez participa en una empresa naviera, Frasal, que opera más de 25 naves en la logística marítima de la industria salmonera. Radicado desde hace 10 años en Santiago, su actividad principal es Pares&Alvarez, empresa de ingeniería industrial que fundó hace 25 años y en la que trabajan unas 800 personas. Es director de la Asociación de Clínicas, integró la directiva de la Sofofa que presidió Bernardo Larraín Matte y ahora participa en Horizontal y es militante de Evópoli.

Víctor Hugo Puchi llegó porque también conocía a los socios de Kinza. El empresario tenía liquidez suficiente al ingresar al fondo BX: poco antes, en 2018, junto a sus socios, los hermanos Humberto y Claudio Fischer, vendió la salmonera Aqua Chile a Agrosuper en la friolera de US$ 850 millones. Puchi, ingeniero comercial UC, MBA en Chicago, tenía el 33,03% de Aqua Chile junto a su familia. Antes de invertir en AquaChile, Puchi trabajó en empresas como Iansa, grupo BHC y Quiñenco.

Los Penta también sumaban recursos para nuevas apuestas en ese 2019 previo al estallido social. En 2017, el grupo Penta -donde están asociados Carlos Alberto Délano Abbott y Carlos Eugenio Lavín- acordó vender su participación en Empresas Banmédica junto a su socio, la familia de Eduardo Fernández León. La estadounidense United Health Group pagó US$ 2.800 millones por el 100%. Penta y Fernández León tenían el 28,74% de la empresa cada uno. Penta había sellado mucho antes otro meganegocio: la venta de AFP Cuprum, en 2012, en US$ 1.500 millones. El ingeniero comercial Carlos Alberto Délano Méndez encabezó el negocio de Blue Express para el holding Empresas Penta. A él lo invitó al negocio Tomas Müller hijo, socio y gestor de Altis.

El padre de este último es el cuarto socio: Thomas Müller Sproat, economista de la UC que fundó y presidió el banco de inversiones IM Trust durante dos décadas, entre 1985 y 2005, antes de su venta a la peruana Credicorp. Müller fue vicepresidente del Banco de Chile y estuvo a cargo de los negocios de Citibank en Chile. En 2010, Sebastián Piñera lo designó embajador en Reino Unido. Ha sido director de Endesa Chile, Mall Plaza, Ladeco, Aetna Seguros… y Empresas Copec, el holding que comprará Blue Express. Es fundador de Altis, que administró uno de los fideicomisos de Piñera en su segundo mandato.

La venta de Blue Express se resolvió en marzo de este año, cuando contrataron a Credit Suisse como asesor financiero y a Claro & Cía. en la parte legal. Abrieron un proceso competitivo al que llegaron casi dos decenas de interesados, entre ellos grandes operadores internacionales y fondos de inversión. El proceso lo ganó Copec. “Encontramos que era un buen momento. Ya habíamos optimizado la empresa y hecho las inversiones necesarias. Y el proceso nos dio la razón: era una compañía apetecida en el mercado”, dice Álvarez, quien por razones de confidencialidad declina identificar a los competidores de Copec. Pero trascendieron otros detalles: al inicio de la subasta privada llegaron 16 empresas y hasta el final Copec compitió con uno de esos gigantes: DHL. Blue Express tenía otro activo relevante: un contrato de distribución en Chile para Amazon, a partir de 2023.

“Fue una inversión supervaliosa, donde aprendimos, crecimos y encontramos un nuevo dueño que le va a dar mucha más potencia”, agrega Puchi. Así se lo dijeron también al equipo de Blue Express: en manos de Copec podían pasar ahora desde la segunda a la primera división. “Es valioso que empresarios chilenos inviertan y crean en la economía chilena”, dice Puchi sobre la apuesta de Copec, un holding que es el mayor distribuidor de combustibles local, con 681 estaciones de servicio en todo el país, 91 tiendas de conveniencia Pronto y 325 locales Punto. “Estamos muy felices de que quede en manos de chilenos”, agrega Javier Álvarez.