La increíble historia de Reinaldo Lippi, creador de la reconocida marca outdoor y mochilas

El nombre “Lippi” ha sido tendencia en twitter durante toda esta jornada, debido a la sorpresa que generó en muchos el hecho de que la marca sea 100% chilena. Conoce acá la historia de esfuerzo y emprendimiento de su creador.

Es una de las marcas de mochilas y de productos outdoor más reconocidas del país, hablamos de Lippi, que cuenta con innumerables tiendas en diversos lugares del país y en sus principales centros comerciales. Pese a su fama, al parecer muchas personas no tenían idea de que la cotizada marca tiene un origen 100% chileno.


Banner_frasco-suscripcion-800x250

Así quedó evidenciado en Twitter, plataforma social que lleva ya dos días con el nombre Lippi entre los trending topics, como los temas más comentados. Eso debido a un video donde aparece Reinaldo Lippi, su creador chileno, recordando los orígenes de la marca y cómo partió con su emprendimiento.

El video tomó por sorpresa a varios usuarios, que inmediatamente comentaron su impacto al darse cuenta que Lippi era una marca chilena. “Perdón, pero me acabo de enterar que la marca Lippi es chilena”, fue uno de los comentarios.

Su historia de emprendimiento se remonta a 1983, cuando Reinaldo Lippi tenía solo 23 años de edad, donde se vio enfrentado a una difícil época, tras la gran crisis del 82 en Chile, donde se vio en la obligación de llevar el sustento a su hogar.

Quedó sin trabajo y de alguna forma tenia que surgir. Sin tener ninguna expectativa, comenzó a buscar fórmulas para generar ingresos y su amor por el montañismo desde joven lo hizo dar en el clavo.

En esa época, conseguir equipamiento para los deportes de montaña eran muy poco accesibles y la palabra “outdoor” prácticamente no se conocía, por lo que a partir de ese concepto encontró el éxito.

Hijo de un padre obrero y una madre dueña de casa, Reinaldo Lippi se vio imposibilitado de poder estudiar en la universidad, por lo que siempre trabajó en cosas informales, y así y fue como llegó a emprender.

“Era una pobreza realmente brutal y con represion y condiciones políticas difíciles, por lo que en el año 83 me tuve que ir y fue entonces que decidí iniciar mi emprendimiento”, explicó al sitio Emprendedorchile.cl

“En la escuela de montaña convencí a un tipo diciéndole que yo era quien hacía las mejores mochilas de Chile y me creyó. Fue entonces que me preocupé de conseguir un buen prototipo de mochila para imitar el diseño y me quedó muy bonita. Se la vendí y automáticamente se comenzó a correr la voz. A contar de ese momento todo fue más fácil”, señaló.

En esa misma línea, agregó que “desde que vendí la primera mochila se me abrió una ventana gigante y nunca más me faltó para comer en la casa. Empezaron a llegarme muchos pedidos , pero yo no fui muy consciente, no lo visualicé como una oportunidad, ni tampoco hice un estudio de mercado, solo me metí en eso y di en el clavo”.

Con el tiempo y tras su rápido éxito, Reinaldo se instala con su primer taller físico en el barrio de Toesca, el que le dio su primer capital para contratar gente y contar con un equipo de trabajo, además de tener la posibilidad de comprar máquinas y darle más seriedad al negocio.

Nacimiento de la marca Lippi

Hasta en ese momento, Reinaldo no tenía una visualización empresarial de la marca, solo tenía un nombre, pero el nacimiento de Lippi ocurre cuando decide confeccionar mochilas para una expedición de un reconocido montañista, Rodrigo Jordán.

“Fue en ese momento cuando llegó un amigo mío y me hizo un logo. El logo era “Lippi”, tal cual, que sigue siendo el actual. Recuerdo hacerlo cortado en cartulina, pintarlo con plumón arriba de una tela y haberlo pegado en las mochilas. Ahí es cuando empieza mi marca”, agrega.

Con el tiempo, Reinaldo llegó a tener hasta 70 trabajadores en su marca y fue hasta su traslado al Barrio Italia, cuando su empresa llegó al peak, con millones de ventas anuales y numerosos socios colaboradores.

Salida de la marca

Pero no todo es para siempre, en el 2005, en su búsqueda por nuevos socios y en plena expansión de su industria, Reinaldo se topó con los actuales directores de la marca: Hablamos de Rafael Vielva y Rafael Cvjetkovic.

En un acuerdo bajo la mesa, con conductas al límite de lo legal por parte del directorio de ese entonces, y ante el poco asesoramiento empresarial de Reinaldo en ese tiempo, terminó firmando con ellos un acuerdo que terminó por asfixiar su participación en el emprendimiento de toda su vida.

“De ganar millones en mi marca, y por tonto, por no creer en mi abogado (Daniel Stingo), terminé cediendo mi participación y ellos se quedaron con todo. Me asfixiaron y me pagaban apenas 250 lucas que no me alcanzaba para vivir. Fue el fin de Lippi para mí”, cerró.