Fitch publica proyecciones para la industria nacional de consumo en 2023

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La clasificadora de riesgo dio a conocer sus proyecciones para la industria nacional de consumo en 2023, periodo en que gran parte de las compañías buscan recuperar estabilidad.

Según publicó df.cl, incertidumbre es una de las palabras que más se ha repetido a nivel global dentro del rubro empresarial. Los últimos tres años han estado marcados por el espolonazo que le dio la pandemia al sector productivo que aún sigue adaptándose al nuevo escenario económico.


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La industria del consumo masivo se vio particularmente sacudida. Fluctuaciones constantes y abruptas en los tipos de cambio, una crisis del transporte marítimo y la cadena logística y fuertes alzas en los costos de importación fueron algunos de los factores que golpearon a las empresas de esa área.

Proyecciones para la industria nacional

En Chile, particularmente, el sector ha vivido otras particularidades. Los retiros de los fondos de pensiones y las ayudas fiscales provocaron un 2021 con mucha liquidez y las compañías registraron ingresos históricos durante todo el año. Sin embargo, la resaca del boom llegó posteriormente de la mano de los altos niveles de inflación y el menor poder adquisitivo de las familias, que ya se está reflejando en los resultados de las empresas.

Es en ese contexto en que la clasificadora de riesgo Fitch Ratings publicó sus proyecciones para la industria nacional de consumo en 2023, periodo en que gran parte de las compañías buscan recuperar estabilidad y sortear un año para el que se espera una contracción económica.

Retail “en deterioro”

Andrea Jiménez, directora asociada de Fitch, señala que “los minoristas enfrentarán un ciclo a la baja, impulsado por una consistente disminución en los saldos de las cuentas corrientes y una contracción económica esperada en 2023”.

Por este motivo, la clasificadora tiene las perspectivas de este sector “en deterioro” y señala que este escenario afectará con más fuerza al comercio discrecional. Las empresas más grandes –como aquellas que son evaluadas por Fitch- tienden a tener sus negocios más diversificados, lo cual sería un beneficio.

La clasificadora también destacó que las empresas con mayor exposición a los alimentos continúan exhibiendo una demanda estable, “al igual que los comercios minoristas no discrecionales vinculados a la oferta de productos esenciales, como los de mejoramiento del hogar”.

“Esperamos que los volúmenes de venta sean limitados, considerando ajustes en las referencias de algunas categorías. Los precios se mantendrán alineados a la inflación, aunque parcialmente compensados por descuentos de algunos minoristas frente a excedentes de inventarios”, agrega Jiménez.

El dólar beneficia a las viñas

La industria vitivinícola maneja proyecciones más optimistas, con una perspectiva neutral. Esto, debido a que Fitch espera una inflación estimada menor, cierta normalización de la cadena logística y un tipo de cambio promedio por sobre los $900.

“Para 2023 se esperan condiciones favorables para la industria vitivinícola, producto de una menor presión en los costos en comparación a 2022. Pese a que 2022 estuvo marcado por un tipo de cambio alto, la industria no ha logrado que esto se materialicen mejoras de márgenes en el segmento exportador producto de la presión inflacionaria alta y trabas en la cadena logística”, dice Alfredo Villegas, analista de Fitch.

Por otra parte, la clasificadora advirtió que podría haber un costo de endeudamiento más alto por la tasa de interés actual, presionando la deuda de corto plazo, sumado a un mercado doméstico con menor liquidez que podría impactar negativamente los volúmenes de venta.

En cuanto al mercado internacional, “se espera una estabilización de los volúmenes, con un cambio en la mezcla de productos, con mayor énfasis en vinos premium. El sector vitivinícola está constantemente expuesto a riesgos agrícolas. Factores climáticos más extremos podrían afectar la vendimia del año 2023, en volúmenes y calidad del producto, impactando los resultados del sector”, estimó la entidad.

Con todo esto, las proyecciones resumieron subrayando que “no se considera un riesgo relevante en el corto plazo dado el manejo histórico de las viñas en este ámbito”.

Las presiones sobre las bebidas

Jiménez explica que, desde la segunda mitad de 2022, las embotelladoras están haciendo una transición a métricas de apalancamiento fuertes para absorber presiones de rentabilidad, en un entorno que, dice Fitch, ha estado particularmente desafiado por la inflación en los costos y gastos logísticos.

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“La demanda débil de los consumidores da a Compañía Cervecerías Unidas S.A. (CCU), que se compara a Embotelladora Andina, un tiempo limitado para recuperar las métricas operativas. Positivamente, se espera que estas métricas se recuperen por completo en 2024, según el escenario base de Fitch”, escribió la directora en relación a las empresas de la cartera de la clasificadora.

Fitch destacó que las embotelladoras nacionales tienen inversiones internacionales, cuotas fuertes de mercados y posiciones comerciales sólidas. En el caso de CCU, la clasificadora señala que “tiene un perfil de apalancamiento holgado, aunque su generación operativa se muestra más vulnerable frente a la inflación de sus costos de producción y gastos logísticos”.