El panorama que viene en 2023 para el mercado de fusiones y adquisiciones

Fusiones

Luego de un 2022 en que estas operaciones disminuyeron, los expertos anticipan que el panorama comenzará a ver signos de recuperación este año.

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En 2021 los mercados de fusiones y adquisiciones (M&A) sentaron nuevas bases y marcaron una diferencia importante con la anterior gran crisis. Ese es uno de los principales datos que recoge el informe ‘Trazando Nuevos Horizontes’ de Deloitte, que analiza la ola de estos movimientos vivida en medio de la pandemia y también muestra que si en 2008 hubo una caída de 33% en el valor de las transacciones respecto a 2007, 2021 registró un aumento de 61% frente a 2020.

El panorama para fusiones y adquisiciones

Este dinamismo, sin embargo, se vio frenado el año pasado, cuando el valor global de las fusiones y adquisiciones se desplomó un 36% a US$ 3,78 billones en 2022, según datos de Dealogic.

“El año 2022 fue un año complejo. Si bien 2021 estuvo marcado por una reactivación de la economía mundial pospandemia, 2022 inició con complicaciones de distinta naturaleza”, analiza José Tomás Labbé, socio en Labbé Abogados, añadiendo que la tendencia esperada en enero y febrero de expansión de operaciones de M&A cambió al poco andar, dada la coyuntura internacional marcada por la crisis en Ucrania y sus efectos en los mercados.

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El mercado debería reactivarse en 2023, principalmente en infraestructura y sectores vinculados, dice el abogado. De hecho, entidades como Morgan Stanley y Goldman Sachs están viendo con optimismo lo que puede ocurrir en el segundo semestre de este año, incluso en Latinoamérica.

En el caso de Chile, “se pudo apreciar claramente una correlación entre las distintas etapas de la crisis sanitaria y económica con la actividad de fusiones y adquisiciones. En un primer momento, el mercado entró en shock y los volúmenes bajaron a sus mínimos históricos, mostrando una rápida respuesta y recuperación en 2021, lo que marcó niveles récord de fusiones y adquisiciones en la última década”, explica Gabriela Romero, socia líder de Financial Advisory en Deloitte.

A juicio de Labbé, para 2023 las proyecciones de este mercado en el país son bastante más auspiciosas, con perspectivas de crecimiento en varios sectores, incluyendo negocios energéticos en la Región de Magallanes. “Los estudios han mostrado una reactivación derivada de una potencial mayor estabilidad y búsqueda de oportunidades que estuvieron fuera de mercado en los tiempos de pandemia”, dice, pensando también en lo que pueda ocurrir con el mercado inmobiliario en general y los signos de crisis mostrados en 2022.

Estrategias clave

Las fusiones y adquisiciones juegan un rol importante en la recuperación empresarial de cualquier crisis y son un signo de recuperación en la economía de un país. Sin embargo, las estrategias de las empresas para llevarlas a cabo pueden variar, dependiendo de la situación y los objetivos de cada empresa tras la crisis.

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“Es posible que en materia de construcción la estrategia sea más bien defensiva, buscando la venta de activos no estratégicos de las compañías para asegurar un funcionamiento en épocas donde el financiamiento de esa industria particular está muy golpeado”, comenta Labbé, en lo que coincide Romero: “Empresas con un posicionamiento estratégico débil e impactadas negativamente por la crisis económica son las principales candidatas para tomar una estrategia de tipo defensiva”.

La socia de Deloitte destaca que, dentro de este tipo de operaciones se encuentran distintas alternativas como ser la potencial desinversión de aquellos activos que no se alinean con la estrategia de largo plazo de la compañía; o la adquisición o fusión con competidores para consolidar el posicionamiento de mercado y el market share; junto con la integración vertical con proveedores u otros integrantes de la cadena de valor, siendo esta última una estrategia enfocada en mejorar y salvaguardar la cadena.

“Por otra parte, aquellas compañías con un posicionamiento de mercado fuerte y con un impacto elevado en su modelo de negocio, podrían apostar por una estrategia de inversión de tipo “ofensiva”, que les permita acelerar la transformación del modelo de negocio y potenciar el valor a través de la adquisición de productos y capacidades complementarias. Por otro lado, las compañías bien posicionadas, pero con impacto medio por las crisis, intentarán llevar adelante alianzas y fusiones que les permitan escalar sus negocios. Por último, aquellas compañías con buen posicionamiento de mercado, pero con un impacto leve en sus modelos de negocio, intentarán continuar en la vanguardia incorporando activos disruptivos o innovadores”, afirma la socia de Deloitte.

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Un ejemplo reciente de esto ha sido la inversión de retailers en canales digitales, agrega Romero, como la compra de las startups de moda digital RTFKT por parte de Nike, aprontándose a las ventas en el metaverso. Por su parte, Labbé prevé cierto dinamismo en algunas empresas de energía que están tomando posiciones que les permitan apostar por un portafolio más consolidado.