Gracias a la cuarentena total que se vive en muchas de las comunas de Santiago, estos visionarios han aumentado exponencialmente sus clientes y ventas en un 50%. En concreto, ya sumaron a las chocolaterías más importantes del país.
“Teníamos la aprensión de ser capaces de empezar a captar a los clientes nosotros mismos, pero habilitamos el sitio y empezamos a vender en seguida”, así describen en la chocolatería Moulie su inicio con el uso de esta plataforma, que a diferencia de UberEats o Rappi, promueve, tal como lo explican sus creadores, que no es necesario vender a través de ellos, por el contrario, fomenta que cada marca es importante y que no necesitan pagar grandes comisiones para llegar a sus clientes.
Nicolás López y Rodrigo Segal son los impulsores de “Justo”, una plataforma que crearon en diciembre de 2018, cuando se dieron cuenta que las empresas de delivery más conocidas les cobraban a los restaurantes un 30% por cada pedido sin entregarles, si quiera, información de los clientes.
Hoy, los prefieren 700 restaurantes, cifra muy lejana a los 10 con los que comenzaron en abril de 2019. Para ellos, su modelo de negocios es mucho más justo, porque los restaurantes que los contratan tienen una página web con dominio propio, lo que les permite quedarse con los registros de sus clientes, contar con venta online con todos los medios de pago, soluciona el despacho de pedidos, venden a través de la app Justo, además de poder ofrecer cupones de descuento por campañas vía e-mail y recibir reportes de ventas y visitantes periódicamente.
Una de las ventajas con que cuenta esta plataforma es que para sus dueños la marca del restaurante va primero, ya que con Justo pueden construir su propia plataforma de venta online en vez de usar costosos portales externos. En su primer año vendieron el equivalente a 2 M USD y para este proyectan entre 10 y 20 M USD.
Dentro de sus clientes, los más conocidos son Melt Pizzas, La Fete y Lo Saldes y los más antiguos, Rock the food, de sushi; La Mafia Pizzería y Crudo sin censura. Reparten en todo Santiago, gracias a sus cinco mil motos registradas, de las cuales cada día trabajan entre 300 y 500 personas.
